La fortaleza de la comunidad excede las buenas intenciones de los trabajadores nucleados en AOMA. Se pusieron al hombro el reclamo porque saben, mejor que nadie, que el cierre de las operaciones significa el certificado de defunción de ambas localidades.
El pasado domingo en la localidad de Villa Cacique, mil personas se aglutinaron en el ingreso de la planta de Barker de Loma Negra. La familia minera, amigos y vecinos de donde posee la planta la empresa Loma Negra, dijeron presente, y sin dudar vitorearon al Secretario General de AOMA, Héctor Laplace y al intendente de Benito Juárez, Julio Mariani, ante la visita de ambos y con quienes compartieron posteriormente una almuerzo a la canasta.
A esta altura lo que se experimenta en torno a la plata de Barker que quiere cerrar la empresa Loma Negra, se está convirtiendo en un hito.
Es noticia nacional sin quemar gomas (todavía) y sin ninguna agresión. La gente se expresa libremente. La comunidad se manifestó durante todos los días, desde el 25 de marzo que comenzó el paro en este yacimiento, para hacerle saber a los ejecutivos de la empresa Loma Negra que la vida de un pueblo está jaqueada por sus posibles “malas” decisiones.
La fortaleza de la comunidad excede las buenas intenciones de los trabajadores nucleados en AOMA. Se pusieron al hombro el reclamo porque saben, mejor que nadie, que el cierre de las operaciones significa el certificado de defunción de ambas localidades.
En Barker no quieren que la empresa les maneje la vida y las decisiones sociales y familiares que deben tomar. No persiguen dejar sus hogares porque una empresa de un día para otro dice “chau”, sin decirlo, y no le importa el destino de siete mil habitantes que conforman Barker y Villa Cacique.
Aquí explota por los aires y se dispersa muy volátil mentira que encierra la tan mentada responsabilidad social de una empresa.
Los despidos, el silencio y la falta de empatía son ejes temáticos que condenan a ejecutivos e inversores. Con esta actitud es la empresa la que realiza una terrible provocación y se ampara ante sus influencias en los distintos estratos de gobierno, como la Secretaría de Trabajo, para hacer valer su ocasional y efímero poder. Loma negra logró, que tras siete días de paro, no se llamara a una “Conciliación Obligatoria”. Por idolología u órdenes burocráticas, el Estado perverso juega a favor de la compañía minera.
El pueblo, la gente, los funcionarios municipales y especialmente los trabajadores, se niegan a bajar los brazos y esperar en sus hogares. Optaron hacer conocer su postura en forma pacífica, con un claro mensaje, con la contundencia que otorga el derecho y la verdad. Allí, entre presiones, pasiones y angustias, el dirigente local de AOMA, Martín Isasmendi, trata, y logra, llevar adelante la protesta, el reclamo, la denuncia y su veracidad, a fuerza de convicción y con el respaldo del gremio a nivel nacional.
Prueba de ello es que el pasado domingo, el secretario general de la Asociación Obrera Minera Argentinas, Héctor Laplace, junto a los dirigentes nacionales Horacio Savid y Alejandro Santillán, llegaron a la zona para solidarizarse con los trabajadores y la comunidad y para asegurarles que “No están solos” en esta lucha.
Barker y Villa cacique son sinónimo de resistencia. AOMA de lucha, con convicción y sustento. Falta la voz del estado que aplique normativas y respete derechos. A Loma Negra se le exige un adicional, que no subestime al soberano y vuelva a sus raíces, desde donde fomentó y cimento un imperio, pero no lo hizo sacrificando comunidades, sino, por el contrario, cimentando una empatía con toda la sociedad. Esa que hoy no aparece ni a la hora de sentarse a dialogar.
Agustín Cantú
Especial para Prensa GeoMinera, desde Villa Cacique, provincia de Buenos Aires.