Desde junio de 2002 siempre dijimos que “las cosas se cuentan solas… sólo hay que saber mirar…”, como nos dice Piero en sus proféticas letras.
Agradecemos a todos los referentes de historia que se han sumado a la industria minera en las dos últimas décadas. Agradecemos tanto a los impresentables como a los presentables.
Agradecemos a los infidentes, buenas fuentes, y de las malas también, que las hubo y siguen existiendo. Agradecemos a quienes nos permitieron generar más de 6.600 artículos de autor genuino, sin tentarnos a copiar y pegar. Vaya otro agradecimiento a quienes nos hurtan textuales sin citar fuentes que poseen copyright. Todo nos sirve para saber que intentamos hacer bien nuestro trabajo periodístico.
De eso se trata PGM. Observar, describir e informar. No hacemos relaciones públicas, ni antes ni ahora.
Nos ponen muy contentos los que entienden ente concepto. Seguiremos molestando a los que no. No nos apoyan para generar amigos circunstanciales. Nacimos, crecimos y nos sostenemos abrazando el viejo concepto de la “cinco W”, algo que quienes ejercen esta profesión omiten al observar la realidad y no cuestionarse lo que pasa. No siempre está todo bien.
Hemos visto en más de 22 años de existencia, pasar a siete secretarios de minería, más de ochenta funcionarios de segundo nivel en la interminable lista de inútiles que han ocupado cargos en la estructura oficial. Algunos corruptos y otros inteligentes a la hora de irse antes de que sucumba la gestión. Los tenemos agendados y archivados para no olvidarnos de ellos nunca, más a los que usaron el Estado como fuerza de choque y presión para hacer oscurecer nuestra existencia. A estos eunucos del siglo XXI también les agradecemos. Nos hicieron más fuertes, más precisos y más elocuentes.
Gracias al amigo y colega José Luis Andrich, mi socio para iniciar esta aventura. Desde donde esté siempre siento que nunca dejó de decir “vamos para adelante”. No puedo olvidarme la tarea titánica de Facundo Calvo, Lucas Gutiérrez; Gabriel Andrich, José Herrera, Cristian Valenzuela, Brian Molina, Miguel Cabezas, y Eduardo Fleming, entre otros. A quienes la memoria trae al presente. Mi reconocimiento especial a los que fueron apretados e igual apoyaron nuestra supervivencia, a todos ellos gracias infinitas. Para finalizar no puedo dejar de agradecer a mis hijas Agustina, Rocío y Lucía, sin dudas mi faro en este oficio; y el más grande de todos mis reconocimientos y honores es para mi compañera de ruta y trinchera, Adriana Juárez, incondicional, única y esencial en mi vida y mi profesión. Lo que pueda adjetivizar es poco.
Gracias todos los lectores, auspiciantes y amigos del camino. Por muchas Prensa GeoMinera más. Gracias a escribas y colaboradores presentes. A los amigos que se han agregado a mi lista íntima de afectos. Y para todos.... además, un muy feliz año 2025.
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