Una arista de la Política Minera argentina
Por Dr. Aldo Bonalumi (*)
Se aprende desde muy temprano que, en política, los números mandan, como lo hacen en tantas otras, por no decir en casi todas las actividades humanas. Si en política los números mandan, pues para armar una buena política minera a nivel nacional y en cada provincia, es necesario, entre otras cosas, generar un “número minero integrado”, que es en realidad el que la actividad debe mostrar y hacer llegar a los niveles donde se toman las decisiones, precisamente políticas, que es lo que la actividad requiere y necesita hoy más que nunca.
Actualmente solo se considera como número minero el valor de las exportaciones de minerales metalíferos, integrando Au+Ag+Li y otros menores. Ese número resultante (incluida la mano de obra directa, indirecta y todo lo asociado) aún no logra despertar el entusiasmo, en otras palabras, aún no seduce a los que deben multiplicar las decisiones políticas a favor de la actividad minera, entonces la pregunta es: ¿por qué no involucrar todo el número minero activo en Argentina?, hacer esto significaría comenzar a manejar el concepto de “Sustitución de Importaciones Mineras” e integrarlo a las exportaciones generales del sector. Aquí cabe preguntarse ¿Por qué es tan importante el gas de Vaca Muerta?, simplemente porque sustituirá importaciones de ese combustible y ahorrará divisas.
Entonces, ¿por qué no considerar la producción de cales, cementos, cerámica roja y esmaltada, arenas de sostén, que se industrializan con el 100% con materia prima mineral? Este número hoy no es considerado en forma precisa, siendo que seguramente igualaría o superaría los valores de exportaciones mineras 2023.
Basta un ejemplo para definir la criticidad de un mineral en función a los recursos naturales que posee cada país. Argentina padece la ausencia de minerales críticos (es decir minerales que no hay en territorio argentino y que cuya economía entraría en colapso en caso de no poder importarlos), algunos de ellos son: fósforo, aluminio y hierro. Sin fósforo no hay agro, sin aluminio Aluar no tiene sentido y sin hierro no hay acero.
Por otro lado, Chile, por ejemplo, que es el primer productor mundial de cobre, necesita óxido de calcio (cal) que importa de Perú y Argentina, de no lograr los cupos, su producción de cobre caería, es decir que la cal es crítica para Chile. Argentina en cambio, posee materias primas minerales para la fabricación de cal que son gigantes y en todo su territorio, por lo tanto, para Argentina la falta de cal no es un problema, ¿será por esto que no entra demasiado en el número minero, siendo un producto fabricado con el 100% de materia prima mineral?
Esto pasa con toda la industria asociada a la minería no metalífera, que de no contar con esos minerales, los deberíamos importar. Entonces, valga reiterar el ejemplo: por qué es tan importante considerar al gas de Vaca Muerta como una sustitución de importaciones y mostrar un número muy auspicioso y con la producción industrial de minerales, no hacerlo. Es más, cuando comenzó Vaca Muerta, la arena de sostén (fracking) se importaba, hoy gracias a la exploración y producción minera, hay autoabastecimiento de millones de toneladas aptas y de gran calidad. Las arcillas, otro conjunto de minerales que no todos los países poseen, (basta observar lo que ocurrió con estos minerales dado por el conflicto Ucrania/Rusia), es quien mantiene activa a la industria en el rubro, además carbonatos, sulfatos y agro minerales contribuyen a generar un número minero que es mayor al que hoy manejan los economistas y que casi ignora la política, cuando los mismos, además, son protagonistas de la vida diaria de todos los argentinos, siendo esto muy positivo para la minería.
Cuando se habla de involucrar a la minería no metalífera, estamos introduciendo en la ecuación, a empresas como YPF, Shell y todas las petroleras que operan en yacimientos hidrocarburíferos no convencionales, al Grupo Ferrum en cerámica sanitaria, Palmar con cerámica roja, todas las fábricas de cerámicas esmaltadas y porcelanatos, como Holcim, Loma Negra, Cemento Avellaneda , Pretensa, sumando además a toda la industria calera nacional, mármoles y granitos, fluorita, industria vial, Agro minerales, vidrio, etc. y todas las industrias que transforman el mineral en un producto industrial con un proceso. Cabe hacer notar que NO se involucran las industrias del plástico, pintura, papel, caucho, farmacopea, alimentos balanceados, etc. dado que NO utilizan el 100% de materias primas minerales en su producto final.
El concepto básico que se pretende transferir aquí, no es que si la industria del cemento, cerámicas o agro minerales deben o no ser consideradas para dar a luz un importante número minero. Lo que realmente se intenta hacer entender, es que, si una industria utiliza el 100% de materia prima minera, tratar de ser inteligentes y utilizar este número a favor de la actividad, esto es inapelable en lo conceptual. En política minera, los conceptos son vitales y de eso se trata.
Ahora bien, fuera de los conceptos y definiciones internacionales, se fundamenta el pensamiento filosófico de involucrar a las industrias que operan con el 100% de materia prima mineral en Argentina, por una razón eminentemente política y sostenida por el hecho, que siempre para la obtención de un producto, tal como el CO3Li2, a las salmueras se las trata para eliminar componentes y agregarle otros, hasta que finalmente se obtiene el grado batería del carbonato resultante. Se propone, con el propósito de alumbrar la trazabilidad de los minerales de origen, compararlo con la fabricación de cal o cemento, en ambos casos, al CO3Ca, se lo somete a grandes temperaturas, se eliminan componentes y se obtiene un producto. La concentración de oro por un proceso industrial cabe al ejemplo, pues, ¿cuánto es el valor del mineral de cabeza extraído por el proceso minero primario? y ¿cuál es el de un doré, luego de un proceso industrial de concentración?
Se recuerda que, hasta la planta de molienda, la minería es una sola: se perfora, se carga la voladura, se desprende, la pala la carga al camión, y de allí a la planta de molienda, eso es igual en todas las categorías que divide el Código de Minería a la actividad (excepto salmueras, que, en el fondo, utilizando otros métodos físicos es comparable también). Sin embargo, el CO3Li 2 y el Au, son exportaciones mineras, e integran un número directo, mientras que la industrialización de minerales locales no se considera en el numero de la sustitución de importaciones mineras, integrándolo a la minería. Se podrá discutir la internacionalidad del criterio, pero lo que se pretende en realidad, es obtener el número para utilizarlo como aliado en Política Minera. La actividad minera argentina, no puede darse el lujo de desperdiciar el número minero que le otorga la industria que ocupa en su manufactura el 100% de minerales y abastece a 46 millones de personas sin depender de importaciones. No utilizar estos números para generar Políticas Mineras seductoras, es como tener una pala cargadora de 10m 3 con 20 hs de uso en el galpón.
Siempre se busca en la comunicación mostrar cuan necesarios son los minerales, obvio, todo es minería, el planeta es una roca y todos vivimos de ella, nada sale del planeta y solo entra la luz del sol, pues ahora que todos saben que es así y para dirigir el concepto a la gente, hay que generar un número de impacto, utilizando todas las herramientas que nos da el sector, especialmente los productos mineros industriales de uso cotidiano. Este número lo necesita el país en su conjunto, aplica en el concepto de nación, muestra a la comunidad que la industria minera mejora la calidad de vida, los CEOs de los bancos deben conocer ese número, en la educación en su conjunto debe propagarse, las propias comunidades asociada a los proyectos deben tenerlo muy en claro.
Argentina históricamente tuvo la categoría de país NO MINERO, y eso nos pesa actualmente, aun produciendo o habiendo producido: Au+Ag+Pb+Zn+Cu+Mb+C+Fe, etc. Sin embargo, tuvo que llegar como por arte de la magia producida por la electromovilidad, uno de elementos más livianos de la tabla periódica y de menor valor de los producidos, que es el Litio (Li), y… todo el país habla y lo conoce. Este liviano elemento tuvo el don de poner el mayor peso en el acelerador de la actividad minera en la historia argentina y de pronto, hasta los indicadores sociales parecieron modificar sus tendencias. Se podría decir que el litio es un catión más simpático que el oro o la plata, aunque valga menos. Eso hoy está siendo útil a la actividad, no tiene vuelta atrás. Hay que recordar que tenemos un gigante geológico dormido dentro del territorio que está esperando agregar acciones, exploración, producción, cationes, números y políticas para despertar.
Finalmente se deja claro, que un ensayo numérico que involucre la industria minera no metalífera, vial, agromineral, etc. aportará un número tan importante desde lo político/social, que podría insuflarle nuevo oxígeno a lo que necesitamos. Hay que pensar que quienes toman las decisiones, necesitan comprender la minería y su número. Armar la información para que se entienda, es tarea de los profesionales que estamos involucrados en sacar la actividad adelante. Solo eso, política. No es para discutir demasiado, hoy necesitamos de todo lo que tenemos y lo podamos mostrar, no nos sobra nada, es para avanzar con un número que no solo es una verdad indiscutible, sino que además es genuinamente minero y utilizado a diario por todos. Muchos pocos, hacen un mucho…y… Nunca mucho, cuesta poco , inmortalizaron algunos pensadores famosos.
Nota:
1. Por las rutas argentinas se transportan en toneladas, más sustancias minerales que de granos.
2. En la zona central argentina, 4 camiones cada 10, llevan sustancias minerales primarias o de la industria que utiliza el 100% de materia prima mineral.
3. Oficializar todos los números mineros ayudará a las políticas en su conjunto, desde el trasporte de sustancias minerales, hasta los nutrientes para el suelo, pero lo más importante será poner de manifiesto la importancia de la Industria Minera, que de por si, es gigante.
4. Sumar 5 millones de tn de arenas de sostén, 250 millones de tn de material minero vial, 15 millones de toneladas de cemento, 1 millón de m 2 de cerámica roja, etc, etc… es un número que debe estar bien hecho y convertirlo en herramienta política.
(*) Prof. Emérito UNC - Ex Secretario de Minería de Córdoba y Secretario Ejecutivo del COFEMIN
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