ARGENTINA | 21 de Noviembre de 2024
¿Se avecinan tiempos de real comunicación?
Cuando asumió la presidencia de la CAEM en el pasado mes de agosto, Roberto Cacciola, aseguró que una de sus fuertes apuesta era “comunicar”, para lo cual trabajaría por primera vez en un plan integral de comunicación institucional.
Si bien es cierto que esas afirmaciones se escucharon frecuentemente a largo de dos décadas, hay que señalar que en esta oportunidad, la intención ya posee fuertes indicios en el discurso y la práctica. Muy lejos está esta posición estratégica de las mentiras y frustraciones del pasado como el plan 20-20, del conspirativo Marcelo Álvarez, o de la sumisa posición de los simulados empresarios en la época de Jorge Mayoral. Sorpresivamente en menos de 90 días de gestión, Cacciola tomó la delantera; habla sin tapujos y se presenta en sociedad con señales que se posicionan a 180 grados de los yerros comunicacionales.
Por primera vez, sí aunque cueste creerlo, es el primer presidente de los empleados ejecutivos que merodean por CAEM que no habla de publicidad y hace hincapié en “comunicar”. Muestra de ello es el video institucional que el gremio empresarial realizó para saludar a la Asociación Obrera Minera Argentina por sus 70 años de vida. Un video emotivo y contundente donde se pone en valor al principal aliado de la actividad minera nacional: los trabajadores.
El éxito de este primer spot de otros que se conocerán a corto plazo se pudo observar en el festejo de AOMA en Parque Norte, donde el corto era exhibido reiteradamente en las gigantes pantallas que decoraban y ambientaban el distinguido salón ubicado en Núñez.
Otro de los sorpresivos mensajes de cambio emanados desde la nueva conducción se configuró, si se le quiere poner una etiqueta, el cambio sustantivo en la denominación de CAEM. Abandonó el término “Empresarios” para darle un dejo de realidad representativa, suplantándolo por “Empresas”. Es así que desde el inicio del mes de noviembre la CAEM es Cámara Argentina de Empresas Mineras.
Veremos como sigue el nuevo plan de las empresas en esta etapa virtuosa que atraviesa el sector industrial, salvo, a la hora de referirse a los enigmáticos números de la autoridad minera vigente que continúa su prédica de convertir en inversiones los números que brotan de los enunciados de las empresas. Como dice el dicho, “no hay mal que dure cien años ni industria minera que lo resista”. Los mineros están llamados a ser optimistas de que llegarán tiempos mejores, para romper la racha de funcionario/as impresentables que llegaron a instalarse en las oficinas de avenida Roca.
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