Natalia trabaja hace 19 años en la industria y se desempeña en el yacimiento Veladero, siendo la única mujer en Latinoamérica que maneja una Pala Liebherr.
llá por el año 2003/2004 hablar del proyecto Veladero era un tema novedoso en San Juan y cuando surgieron las nuevas oportunidades de trabajo, presentó sin pensar mucho el curriculum en el pueblo donde vive, allá en Iglesia y no quedó seleccionada, en cambio si quedó un amigo. Pese a ello si permaneció vigente su curriculum vitae, al tiempo, la llamaron para ver si quería subir a Veladero a operar camiones fuera de ruta. Recuerda que “no tenía ni idea lo que era, pero era un desafío para aprender y ver de qué se trataba” lo que erala actividad minería que daba sus primeros pasos en la provincia cuyana y lo que era trabajar en un ámbito de hombres. En este reportaje, Natalia, permite conocer su experiencia e historia de vida de la mano de la industria que transformó San Juan.
PGM:- ¿Lo pensaste mucho?
NL:- Tenía 20 años, no lo pensé mucho, dije que era un desafío, me propusieron y dije porque no, estudiaba administración contable y comencé a trabajar en Veladero
PGM:- Eras muy chica, ¿que dijo tu familia cuándo les contaste tu decisión?
NL:- Cuando ingresé hacían 14 x 7, ahí se generó el cuarto grupo de trabajo y empezamos a hacer día y noche, con un régimen de 14 x 14 con siete días de día y siete de noche, y en mi casa aceptaron mi decisión, querían ver hasta dónde llegaba y creo que nadie esperaba que llegara a tanto, pero lo importante fue que me fueron acompañando, porque era muy difícil, en ese entonces acá no había señal para celulares, solamente existían los teléfonos fijos, habían cabinas telefónicas en un lugarcito donde tenías que comprar una tarjeta para poder llamar a tu casa, y sino hacer fila para llamar desde una oficina, donde podías llamar una sola vez al día cuando salías de trabajar, era muy difícil.
PGM:- ¿Había chicas y chocos de tu edad?
NL:- Yo era la más chica, pero en mi grupo había otra chica y éramos dos mujeres y había que adaptarse con la gente que había, que eran casi todos experimentados, todos con gran conocimientos con los equipos y yo al principio no sabía ni manejar.
PGM:- ¿Cómo fue el hecho que vos no sabías manejar y te contrataron para manejar camiones?
NL:- Fue un gran desafío, en mi familia somos siete, mamá papá, cuatro mujeres y un hermano y trabajaba mi papá nada más y nunca habíamos tenido vehículo, por lo que fue un gran desafío. Me enseñaron a conducir y me tuvieron mucha paciencia y ahora soy maquinista, soy la única mujer operadora de pala en Sudamérica, un orgullo para mi y mi familia, donde se presentó un desafío y había que lograrlo
PGM:- ¿Contános el proceso que asaste hasta llegar a manejar las maquinarias que hoy en día operás?
NL:- Primero aprendí a manejar camiones fuera de ruta, y después aprendí a manejar mi auto , después aprendía a operar retro excavadora, maquina PC 2000 después pala, y ahora estoy en una retro pala del mismo tamaño que una pala, PC 5500 que es un gran desafío, somos pocos los operadores y estoy muy contenta que hace unos días me autorizaron. Este año me tocó entrenar en una cargadora frontal.
PGM:-¿Te imaginabas todo esto cuando comenzaste a trabajar en la mina?
NL:- No me imaginaba, vine a aprovechar la oportunidad, algo que se estaba dando en San Juan, siempre dije que hay que aprovechar las oportunidades y esta era una buena oportunidad de trabajo, el sueldo era muy bueno, cobraba el triple de lo que cobraba mi papá como portero de escuela, era genial y me sentía muy cómoda,
PGM:- Qué situaciones recordás en las que te costó adaptarte?
Me costó un poco la adaptación de mi organismo , adelgacé quince kilos, era todo un desafío, éramos poquitos. Otro tema fue el de la ropa, fue algo que no me podía adaptar, porque era ropa de hombres, hoy en día hace poquito que nos empezaron a dar la misma ropa de hombres pero con el corte de mujer. El trato cuando entré era gente grande, pero a mí me trataban bien, porque era la más chiquita, tuve compañeros que cambiaron de área y entonces quedé solita y era la nena mimada.
PGM:- ¿Cómo está integrada tu familia?
PGM:- Vivo con mi papa mi mama y mi hermana, me paso los días con ellos, ahora estaba pensando que bajamos y se viene el cumpleaños de mi papá, uno va calculando porque hay cosas que podés compartir y otras que no, no pude estar para el día del padre pero si para el cumple. Cerquita de casa viven mis hermanas, tengo un sobrnito de cinco años que nos vuelve locos a todos, ama las máquinas y le mando videos con las que trabajo y le encanta verlos.
PGM:-¿Se sumaron tus amistades o familiares a trabajar en la minería?
NL:- De mi grupo fue la única que se sumó a la minería pero familiares tenía a mi primo que hacía exploraciones y a mi tío que era geólogo, ellos ya trabajaban antes de Veladero en el sector, y me contaban lo que hacían, ahora trabajo en mi grupo con un primo, que el me enseño a usar la pala y trabajo con mi hermano. Mi primo fue mi monitor , me tuvo mucho paciencia, y mi hermano hace once años trabaja acá, es también maquinista. Siempre hay gente conocida porque somos muchos de Iglesia y está bueno.
PGM:- ¿Hay competencia con los hombres?
NL:-No se si alguna vez hubo, nunca sentí competencia, me gustó que me enseñaran y poder estar a la para, que se puede hacer, se puede lograr estar en el mismo nivel.
PGM:- ¿Cómo es un día en la mina?
La primer noche me cuesta un montón, antes iba al gimnasio, ahora estoy estudiando gestión contable, ya que nunca había terminado la carrera, este año me inscribí en una carrera on line, y ahora me estoy preparando para rendir y estoy usando el tiempo para estudiar. A las seis y veinte me voy al comedor, merendamos, tenemos reunión ahí, a las 19.20hs el colectivo sale para la mina, llegamos a las 20hs,
PGM: ¿Sigue sorprendiendo en San Juan que una mujer maneje estas máquinas o ya es algo habitual?
NL:- Creo que sigue sorprendiendo, no suelo hablar mucho de mi trabajo, pero cuando lo comento me dicen “guau, en serio sos maquinista” por lo que hay mucha gente que todavía lo que es minería, pero ahora somos muchísimas mujeres que trabajamos en minería, que somos maquinistas, ingenieras, geólogas, muchas en Veladero, vas al médico te pregunta tu profesión le decís que sos maquinista y se sorprende cuando le decís que trabajás siete días de día y siete días de noche, doce horas en la mina.
GM:- Aprovechan en Veladero todo tu conocimiento profesional para que transmitir tu experiencia a quienes recién se inician?
NL:- He sido monitora de varios chicos nuevos, he tenido la oportunidad de enseñarle a varias personas y eso está bueno, porque a mí me tuvieron mucha paciencia, y ahora poder devolver con la gente que viene con todas las ganas y poder enseñarle para que sean buenos profesionales en el trabajo.
PGM:- ¿Qué les dirías a las chicas que aún no se animan a dar ese paso de ponerse a trabajar en la minería?
NL:- Es difícil estar acá, son muchos días, pero yo me animé, y si yo pude cualquiera puede hacerlo, no creo que sea un impedimento, creo que las que ingresamos en el 2004 abrimos las puertas para que hoy esté lleno de mujeres, fue un gran desafío en esa oportunidad que se dio y lo aprovechamos, estoy muy orgullosa del camino que recorrí y de lo que pude lograr, porque a lo mejor en el ámbito en el que yo trabajo que es operación en minas es como que no le daban participación a las mujeres, pero se fueron rompiendo esos impedimentos, y hoy en día somos varias mujeres operando varios equipos.
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