El Organismo Internacional de Energía Atómica OIEA se creó en el año 1957 como respuesta a los profundos temores y las expectativas que infundían los descubrimientos y variados usos de la tecnología nuclear.
La génesis del Organismo se remonta al discurso “Átomos para la paz” pronunciado por Eisenhower, presidente de los Estados Unidos, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de diciembre de 1953.
En la actualidad Rafael Grossi dirige este organismo tras haber desarrollado una carrera diplomática con más de 35 años de experiencia en las esferas de la no proliferación y el desarme. En el año 2013 fue nombrado Embajador de la Argentina ante Austria y Representante de la Argentina ante el OIEA y otras Organizaciones Internacionales con Sede en Viena. Antes de tomar posesión como Director General del OIEA, ejerció de Presidente Designado de la Conferencia de las Partes de 2020 encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Ya entre los años 2014 y 2016 fue Presidente del Grupo de Suministradores Nucleares (GSN) y se convirtió en la primera persona en ocupar la presidencia del GSN durante dos mandatos consecutivos. Luego presidió la Conferencia Diplomática de la Convención sobre Seguridad Nuclear, y logró que se aprobara por unanimidad la Declaración de Viena sobre la Seguridad Nuclear, un importante hito en el marco de los esfuerzos internacionales tras el accidente nuclear de Fukushima Daiichi del año 2011.
Grossi es doctor en Relaciones Internacionales, Historia Internacional y Política por el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo de la Universidad de Ginebra, del que también obtuvo su diploma de maestría. Inició su trayectoria académica en la Pontificia Universidad Católica Argentina y en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.
La organización:
El OIEA está estrechamente vinculado a la tecnología nuclear y sus controvertidas aplicaciones, ya sea como arma o como instrumento práctico y útil. Las ideas expresadas por el presidente Eisenhower en su discurso de 1953 ayudaron a dar forma al estatuto del OIEA, que fue aprobado por unanimidad por 81 naciones en octubre de 1956.
El Organismo fue creado como la organización mundial de los “Átomos para la paz” dentro del sistema de las Naciones Unidas. Desde el primer momento, se le otorgó el mandato de trabajar con sus Estados Miembros y múltiples asociados de todo el mundo para promover el uso de las tecnologías nucleares con fines pacíficos y en condiciones de seguridad tecnológica y física. Los objetivos de la doble misión del OIEA —promover y controlar el átomo— están definidos en el artículo II del Estatuto del OIEA.
El OIEA tiene asimismo dos oficinas regionales, ubicadas en Toronto (Canadá) —desde 1979— y Tokio (Japón) —desde 1984—, así como dos oficinas de enlace, en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos de América) —desde 1957— y en Ginebra (Suiza) —desde 1965—. El Organismo cuenta con laboratorios especializados en tecnología nuclear en Viena y en Seibersdorf (Austria), inaugurados en 1961, y, desde 1961, en Mónaco.
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