Por Hernán Vera (*)
A medida que la tecnología evoluciona, nos volvemos más dependientes de un conjunto de minerales, clasificados recientemente como los minerales críticos (1).
Las nuevas tecnologías necesitan del litio, cobalto y grafito para fabricar baterías; así como silicio y estaño entre otros para nuestra electrónica, coches eléctricos y aerogeneradores.
Las tecnologías de energía limpia, como los automóviles eléctricos, las turbinas eólicas, la fotovoltaica, la producción de hidrógeno y los reactores nucleares, están implementándose rápidamente.
Sin embargo, no es solo por su escasez en la corteza terrestre y el aumento de la demanda lo que hace críticos a los minerales, sino que existe una fuerte connotación de seguridad nacional en su definición. Es la confiabilidad de los países productores desde la perspectiva de los países consumidores, lo que los ha denominado “críticos”. Es decir, en la definición de mineral critico hay de fondo razones estratégicas y de transparencia comercial que los países que pretenden ser productores deben tener muy en cuenta.
Las cadenas de producción y suministro de minerales críticos han sido en muchos casos complejos y opacos. Entonces desde la perspectiva de los países centrales, se ve cierta vulnerabilidad para sus industrias y sus empleos, eso no puede ser ignorado por ellos.
Estos riesgos incluyen, entre otros, la concentración en la cadena de producción en un conjunto reducido de países, la volatilidad de los precios y la transparencia en términos jurídicos y comerciales de los actores involucrados.
(1) Antimonio, Bismuto, Cobalto, Galio, Grafito, Indio, Litio, Magnesio, Niobio, Paladio, Platino, Silicio , Tantalio, Telurio ,Estaño, Tungsteno, Vanadio, Iridio, Manganeso, Níquel, Fosfatos, Rutenio, etc.
La estrategia de los países centrales
Ante esta realidad, las principales economías mundiales no están pasivas ante el aumento de la demanda de los mineros críticos, sino que han elaborado estrategias específicas para abordar la problemática. Por ejemplo Canadá está ampliando el crédito fiscal a la inversión local de las empresas mineras y considerando la financiación de proyectos mineros, con un crédito fiscal del 30% de los gastos relacionados con la exploración de minerales críticos en Canadá.
EEUU está incentivando las fuentes propias de producción de minerales críticos. Ha aprobado un crédito fiscal de us$7.500 para cada vehículo eléctrico que usa materia prima de EEUU y otros us$3750 si emplea baterías fabricadas en EEUU. Esta disponiendo de us$10 mil millones de créditos fiscales para empresas que construyan plantas de baterías en EEUU. La industria minera estaría recibiendo us$40 mil millones para el financiamiento de proyectos de minerales críticos. Medidas adicionales para acelerar el proceso de permisos y habilitaciones ambientales están siendo consideradas.
Australia, Alemania y Corea del Sur están fomentando los estudios científicos y técnicos del uso racional de minerales críticos y de la búsqueda de minerales o materiales sustitutos.
El Reino Unido está trabajando en 3 líneas: a) crecimiento de la producción nacional, fortalecimiento de la minería, estímulos para la investigación básica y aplicada y promoción del reciclado; b) fortalecimiento de la relación con socios internacionales confiables para hacer a las cadenas de suministro más diversas, transparentes, responsables y resilientes y c) apoyar la diversificación de la oferta.
Japón ha desarrollado una estrategia para asegurar estos metales considerando la distribución geográfica de los recursos y los riesgos vinculados con los países productores.
La Unión Europea quiere garantizar el suministro seguro, diversificado y sostenible de materias primas críticas. Para 2030 pretende 1- Producir al menos el 10% de su consumo anual, 2-Procesar al menos el 40% 3- Reciclar al menos el 15%, 4- No depender en más de un 65 % de un solo tercer país y 5-Invertir en investigación e innovación.
En España se van a invertir más de ? 5.000 millones en inversiones en la cadena de valor incluyendo la promoción de proyectos mineros.
En síntesis, la gran mayoría de los países desarrollados están buscando: aumentar su producción local, reducir el consumo, desarrollar sustitutos, promover mercados transparentes y diversificar los proveedores externos priorizando a países productores (¿aliados?) confiables.
Clave 1: para los países productores potenciales: prolijidad y consistencia.
A veces se mira al país como un gran portador de riquezas y la primera reacción ante ese hecho es regular su producción y comercialización. En el caso de los minerales críticos ese podría ser un gran error. Las exigencias de la transición energética de los países centrales conllevan a la necesidad de provisión de minerales críticos, pero no a cualquier precio.
No solo los gobiernos, sino la opinión pública, los consumidores y los mercados han puesto una gran lupa sobre la prolijidad del producto en términos de rigurosidad legal, calidad ambiental, sostenibilidad económica y confianza estratégica de manera de asegurar el alineamiento de los actores claves a las mejores prácticas comerciales.
Un ejemplo de ello es la reacción de los mercados luego del anuncio de la nacionalización del litio en Chile. Mientras los productores australianos celebraban la noticia, los brokers proyectaban mayores desafíos para cerrar contratos de largo plazo con productores chilenos.
Clave 2: para los países productores potenciales: nada es para siempre.
Es importantísimo tener presente que los países centrales están haciendo grandes esfuerzos financieros y tecnológicos para sustituir importaciones. Hay cuantiosos apoyos financieros para esos objetivos, que de ser exitosos en el corto plazo, sin duda repercutirá en los precios.
Hay que considerar que el concepto de criticidad de los minerales no es perenne, de hecho, el objetivo de los países centrales es justamente lograr que dejen de ser críticos. Por eso cada año hay una revisión detallada sobre cuanto se ha reducido efectivamente la criticidad en términos de dependencia.
Para nombrar solo algunos casos, China ha anunciado el empleo del sodio como posible reemplazo del litio en la elaboración de las baterías para autos eléctricos. El Vanadio se esta desarrollando como metal para construcción de baterías de escala industrial. El grafeno, el hidrógeno y otras tecnologías están amenazando la fortaleza de la demanda de los materiales para la transición energética.
Conclusión
El cómo, el quién y el cuándo son vitales para la sostenibilidad de los actores relevantes del mercado de los minerales críticos.
Si queremos capitalizar la contribución de los recursos minerales innegables que posee Argentina, hay que hacerlo ahora y no solo eso, hay que hacerlo bien.
(*) Ingeniero en Minas. Empresario.
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