ARGENTINA | 03 de Mayo de 2024
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03 de Mayo de 2024
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BUENOS AIRES

Una situación caótica y sin inversiones de relevancia en una industria sin gestión oficial: ¿Qué realidad se observa desde el Estado?

Por Claudio Agustín Gutiérrez

Pese a la existencia de comunicados desde la CAEM, más las apreciaciones en medios periodísticos y algunos voceros o referentes de la minería, no existe en los últimos sesenta días una respuesta oficial de la Secretaría de Minería de la Nación. Persisten los serios y recurrentes inconvenientes que atraviesa el sector productivo metalífero y el resto de la industria que fuera declarada “esencial” por ser un generador de divisas en época de “vacas flacas” y a la hora de obtener dólares. Estamos en una coyuntura donde sólo las inversiones del litio mueven el amperímetro y crecen.

La sensación de acefalía en la esfera oficial de minería causa no sólo asombro, algo más, está rozando el estupor. La gestión de Fernanda Ávila, a esta altura, tras dieciocho meses de presencia en la SECMIN, es incalificable. Por la impericia, claro está. Algunos observadores del sector señalan que la burócrata es consecuencia y culpa de la “política rosquera” que no mide consecuencias. Y dicho sea de paso de la falta del tan mentado “lobby minero”.

Los arreglos cupulares, como en este preciso caso, ponen en cargos estratégicos a personas que no califican. De esto, la industria, sabe y bastante, si no recordemos la larga lista (Jorge Mayoral - Carolina Sánchez - Santiago Dondo o Alberto Hensel, por citar algunos).

En este caso, sucede que mientras la funcionaria catamarqueña no se expresaba oficialmente, la cosa pasaba desapercibida. Desde que comenzó a hacer expresiones de estadísticas, inversiones y lineamiento de políticas específicas, pasaron, de una frecuencia que tiene problemas con la comunicación, con la interacción social y conductas o intereses restrictivos, a la verborragia. Situación que demandaría un abordaje desde el diván.

El problema no es que hablen sandeces, muchos lo hacemos, todo se complica cuando es oficial, cuando se desprende desde el gobernante. Es algo grave. Sin duda la situación hace preguntarnos ¿en manos de quiénes estamos? Por eso entendemos que se debe profundizar que no pronunciarnos a tiempo tiene este tipo de complejidades.

A tal fin, queremos hacer mención a algunas expresiones vertidas desde San Juan por un prohombre de la industria. Es la percepción de una realidad complicada, la cual se hace carne en muchos. Por eso consideramos que es bueno pensar en voz alta.

Martínez dixit: “Los anuncios no son inversiones reales”

El destacado geólogo y empresario minero Ricardo Martínez, salió al cruce de los números que se arrojan sobre inversiones desde la secretaría de Minería de la Nación. En sintonía con las notas editoriales de Prensa GeoMinera donde se desmienten las cifras, que irresponsablemente, arrojaba la abogada Fernanda Ávila a través de su cuenta de twitter, desde donde decía - irrisoriamente para el sector minero - que desde 2020 a la fechas, se había registrado 13 mil millones de dólares en inversiones, salió al cruce el experimentado referente sanjuanino para “corregir” a las desvariadas apreciaciones de la funcionaria nacional.

El actual secretario de la Cámara Minera de San Juan, aclaró que si bien San Juan sigue siendo el principal destino de las inversiones mineras “no es lo mismo que hace 15 años” y que las cifras entregadas por la Secretaría de Minería de la Nación incluyen distorsiones como considerar al proyecto Josemaría, del grupo Lundin, afirmando que el mismo se encuentra en construcción “cuando eso no es así” aclaró el experimentado profesional.

Martínez precisó que la inversión estimada para San Juan, en exploración minera, durante la temporada 2021-2022 cerró con 320 millones de dólares. Entendiendo que esta situación “implica algo positivo si se piensa que estábamos saliendo de la pandemia y un montón de problemas, donde la minería pudo seguir trabajando porque se realizaron los protocolos a tiempo, se trabajó mucho junto al Estado provincial a través del Acuerdo San Juan”.

En otro párrafo, según destacó que a su entender en las cifras que se dan a conocer y “se mezclan “ títulos de medios con realidad. Sentenciando que “Los anuncios de inversión son buenos, pero son anuncios, no son inversiones reales”

Por ejemplo, cito que “para el año 2022 se anunciaba una inversión en el orden de los 3.000 o 4.000 millones de dólares en el proyecto Josemaría, pero lo cierto es que no se invirtió esa cifra. Lamentablemente la inversión fue mucho menor, porque el proyecto se encuentra en un estado de pre-construcción. Entonces la información no es irreal, sino que está mal evaluada en los números finales”, precisó.

Aclarando seguidamente que como dice la funcionaria nacional “es que no son miles de millones de dólares de inversión, sino que son cientos de millones, que por cierto es algo muy positivo porque no hay muchos lugares en el mundo donde se reciba esa cantidad de inversiones en exploración”.

En una parte de sus apreciaciones explicó que “me vienen a la memoria años como el 2005 y el 2007 que fueron muy importantes, donde Argentina llegó a ser Top 10 mundial en materia de inversión minera”. Haciendo referencia a la cifra de 13 mil millones que publicó (mal aconsejada) Fernanda Avila, por el contrario irónicamente que: “a la cifra publicada le sobraba un cero”, resaltó

Martínez efectuó estas declaraciones en el ciclo Creación Renovable de CNN Radios de San Juan, en donde además volvió a recordar los problemas que tiene la minería en Argentina.

Al respecto de las dificultades para desarrollar la actividad minera en el país dijo “lo hemos hablado numerosas veces dentro de la Cámara Minera de San Juan con las empresas, lo hemos transmitido también a los sectores oficiales”, dado que se debe comprender que “La minería tiene etapas fácilmente distinguibles: exploración, la puesta en valor a través de la Prefactibilidad, factibilidad” y puesta en marcha, lo que traducido al sentido común se debe destacar que las autoridades mineras actuales no comprenden, asimilan y tratan de involucrarse.

Para Martínez “es un círculo virtuoso donde el proyecto tiene sus números y tiene que definir su etapa de presupuesto, de compra de equipos como camiones, bateas, molinos, etc. Esto se llama proceso de pre-construcción o compra, todo esto se ve afectado por la inestabilidad de las políticas macroeconómicas de nuestro país”.

Al ser más claro, muy pedagógicamente, advirtió que en Argentina “se falla en la inestabilidad por el tipo de cambio, la inestabilidad de las normas, la previsibilidad de la actuación de las autoridades de actuar bajo las normas. En nuestro país existe una Ley de Inversión Minera que no se ha modificado en ningún artículo, pero evidentemente el esquema de inversión minera en Argentina ha ido trastabillando con un montón de normas intermedias: llámese Banco Central, Aduana, AFIP; incluso de las mismas provincias donde se han prohibido las actividades, etc”.

Advirtió en sus declaraciones que la preocupación que tiene todo el sector minero, léase inversores, proveedores, trabajadores y entes recaudadores es que “para poder empalmar la mano de obra de las actuales minas con los proyectos futuros” hay que gestionar y atraer inversores reales. En definitiva, menos guitarra y más gestión, de esa que no hay salvo para algunas provincias con intereses en el litio. (Gentileza Cámara Minera de San Juan).

Elecciones - minería y una gestión de la SECMIN para olvidar:

Citando a San Juan como ejemplo, vemos como, algunas mineras y sus ejecutivos, se inclinan a congraciarse con el gobierno de turno. Esto queda demostrado en la “gran casualidad” que en años electorales, como pueden ser 2019-2021 o en la actualidad, los anuncios de que llegan las inversiones aparecen con más contundencia en la boca y anuncios de los gobernantes. Tal es el caso del proyecto Josemaría en San Juan. Mucho anuncio, mucha prensa, muchos millones en danza pero en tres años de insinuaciones, nada concreto, solo algunas bengalas. Es cierto, los anuncios pecaminosos no poseen sanciones económicas. Si así fuera, habría muchos multados dentro del sector.

Pero lo que nadie decía o hacían referencia, aunque ahora empezaron a darse cuenta algunos ejecutivos y voceros de turno, es que la industria de la extracción del oro y plata posee graves inconvenientes operativos por los altos costos dolarizados, los cepos cambiarios y castigos que el Estado aplica con regulaciones hipócritas y asfixiantes. De esto nadie hablaba, hasta que se empezaron a pronunciar públicamente los afectados.

A modo de ejemplo, sorprende que nadie diga que se agrava la situación en Santa Cruz en relación al desarrollo minero. La que siendo la principal provincia productora del otro, y llama mucho la atención, que nadie se refiera al descenso de la inversión en exploración, lo que es grave desde el punto de vista de la continuidad de la industria a futuro. Lo hablan algunos ejecutivos pero no lo hacen oficialmente, si en algún chat o en algún ascensor en “modo casual”.

Entonces… vale preguntarse, responder como lo realizó Ricardo Martínez, ¿qué festeja la Secretaria de Minería de la Nación cuando hace alarde - engañoso por cierto - de miles de millones de inversión? donde además se debe resaltar que ¿La industria metalífera está haciendo agua? En algunos proyectos.

Por eso sirve en una instancia de ejercicio de la imaginación, ante la realidad de parte de la actividad. ¿Qué dirá la funcionaria en esta Arminera, cuando los mineros escuchen, en vivo y en directo, sus números y proyecciones? ¿Volverá a la cordura que impone una cruda realidad o abonará la senda del delirio? Habrá que esperar.

El sector demanda gestión. Remangarse y empezar a manejar alternativas para romper con esta inercia de tarea inoperante, precaria, twittera, sobredimensionada e improvisada, pero sobre todas las características mal asesorada. Como dice el dicho popular, “dime con quién andas y te diré quién eres”.

La industria merece respeto y abordaje serio. El país demanda una actividad responsable, creíble, comprometida y honrosa. Desde el gobierno, o mejor dicho los funcionarios del área oficial de minería de la Nación, no están a la altura. Son parte de la decadencia, el absurdo y un gasto descomunal e improductivo. No poseen propuesta. Agotarán en unos meses su mandato (quizás la mejor noticia saber que tiene fecha de vencimiento) y no habrán dejado absolutamente nada. Son simplemente de terror. Es de esperar que “la Patria se los demande”.

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