ARGENTINA | 03 de Mayo de 2024
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03 de Mayo de 2024
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BUENOS AIRES

La agonía de la gallina de los huevos de oro

Por Marcelo Bellini (*)

Hace algunos años, en un acto por el Día de la Minería, en la casa natal de Sarmiento, el recordado Ing. Guillermo Preisz, finalizó su discurso diciendo “No maten a la gallina de los huevos de oro”.

Se refería puntualmente a los cambios que había sufrido la “estabilidad” comprometida en la ley de Inversiones Mineras, por medio de resoluciones surgidas desde la Secretaría de Comercio Interior y de la propia Secretaría de Minería de la Nación.

A partir de ese momento, y por diversas circunstancias, nuestra actividad minera ha sufrido distintos avatares y se ha venido desarrollando entre luces y sombras, conforme los valores internacionales de mercado para los diferentes comodities, y el “humor” diario de los sucesivos funcionarios que pasaron o están en las áreas de economía y/o minería.

Una buena parte de estos altibajos se ha visto reflejada en la reciente convención de Toronto (PDAC), donde se ha resaltado, entre otros aspectos, la complicada situación macroeconómica local que preocupa a los inversores, las alteraciones en las reglas de juego, la seguridad jurídica y la previsión de largo plazo, sumado a la necesidad de acceso a importaciones de determinados productos e insumos y la problemática que generan los distintos tipos de cambio existentes. También hay que mencionar el proceso inflacionario y devaluación, que afecta localmente y de manera particular, a todo el circuito de proveedores.

En el mismo encuentro, la delegación argentina destacó el crecimiento de las inversiones y avance de proyectos en litio, cobre y oro principalmente, pero, (siempre hay peros), no se mencionó que no hay, en el horizonte cercano, la apertura de nuevas minas, con excepción de 2 o 3 de litio que entrarían en producción el próximo año, y que el cobre está en etapas avanzadas, pero sin perspectivas de iniciar la producción dentro de los próximos 3 a 4 años (al menos).

También se destacó el crecimiento de las exportaciones mineras en millones de dólares, pero ¿hubo crecimiento en toneladas producidas y exportadas? De acuerdo a los números de la Secretaría de Minería de la Nación, en enero de 2023 las exportaciones mineras alcanzaron 355 millones de dólares. Si este monto se mantiene constante, hablaríamos a fin de año de poco más de 4.000 millones de dólares exportados, contra 56.000 millones de Chile (datos del año 2021) y más de 30.000 de Perú, crisis político-social de por medio. Sin dudas, estamos a “años luz” de alcanzar esas cifras.

Es extremadamente difícil, que en un país donde los sucesivos gobiernos “mueven el arco a cada rato” recalen inversiones que son de riesgo a mediano/largo plazo. Es evidente que los apremios económico-financieros pueden más que la racionalidad de entender que desde que se descubre un yacimiento hasta que se pone en marcha una mina, pueden pasar entre 7 u 8 años.

El Desafío CAEM 20/21 que planteaba alcanzar 20.000 millones de dólares en inversiones mineras para nuestro país, está esperando…

Esta metamorfosis legal, impositiva y financiera, junto con empresas que no cuentan en sus equipos técnicos con profesionales mineros que les hagan conocer a sus CEOs, presidentes del directorio o gerentes, la importancia que tiene la “explotación racional de los recursos”, acortan notablemente los años de vida útil de las minas que hoy están en producción, algunas de las cuales ya han anunciado su cierre. Esto último, no sucedería, si las autoridades gubernamentales provinciales (ejecutivo y legislativo), comprendieran la importancia que tiene la necesaria matriculación de profesionales –particularmente extranjeros- en los consejos y centros de ingenieros, junto con la obligatoriedad de que profesionales geólogos e ingenieros de minas sean quienes, con su firma, garanticen la existencia de recursos y una explotación racional de las reservas existentes, proyectando así la real vida útil de un yacimiento minero.

A todo este entramado político-económico- financiero-legal, se le suman algunos gobernadores y/o legisladores que cambian de discurso según el micrófono que tienen por delante (o tiempos políticos mediante), o que cometen un desatino tal como el que hace poco tiempo aconteció en La Rioja con la declaración de recurso estratégico para el litio. Y en el medio, la Corte Suprema que decide pedir información sobre el uso del recurso agua y la consulta a las comunidades afectadas por la explotación (actual o futura) del litio, entre otros aspectos, en el noroeste argentino, en lo que supone desconocimiento de la existencia de los informes de impacto ambiental, las declaraciones de impacto ambiental y la posibilidad que tiene cualquier ciudadano de acceder a esos informes y formular observaciones.

Hasta aquí, el capítulo correspondiente a la responsabilidad oficial.

Por el costado empresario, es imprescindible que las áreas de responsabilidad social y relaciones comunitarias, realicen un trabajo de acercamiento con las comunidades cercanas al emplazamiento de los proyectos, para que esas comunidades se preparen, se capaciten, aprendan acerca del negocio minero, y se conviertan en socios estratégicos de la actividad a través de la creación de PyMES o MiPyMES prestadoras de servicios o proveedoras de insumos necesarios para el desarrollo de la actividad minera, pero que también sirva para diversificar las actividades económicas de la región una vez que se produzca el cierre de la mina.

Todas estas acciones, sin lugar a dudas, contribuyen al logro de la licencia social, tan difícil (casi imposible en algunas localidades o provincias) de obtener y de conservar.

Dentro de este panorama, al menos para San Juan, se observa un “hilo de luz al final del túnel” con la presentación de los informes de impacto ambiental de Los Azules y Hualilán.

En cuanto a nosotros, los ingenieros de minas, debemos salir con mayor vehemencia a defender la actividad, no sólo porque representa nuestro medio de vida, nuestro sustento, sino porque desarrollamos tareas como cualquier otro profesional que trabaja en la industria, conforme los saberes que adquirimos en la universidad, con honestidad y ética profesional, y con el entusiasmo que significa producir para un país que necesita divisas con extrema urgencia para salir de la asfixia financiera existente.

Estos tres actores, Estado, empresa y profesionales mineros, deberíamos trabajar en conjunto para que entre todos converjamos hacia una minería duradera y sostenible.

Tal como dijo el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, “no se puede morir de hambre la gente sobre el suelo, cuando hay mucha riqueza debajo que se puede aprovechar para sus pueblos, con responsabilidad”, afirmación que cobra especial sentido cuando vemos los índices de pobreza en Argentina.

En síntesis, transitamos un camino plagado de incertidumbre, idas y vueltas y escollos varios. Esa combinación de factores hace que la minería metalífera (oro, plata, cobre) tambalee, mientras que la única (por ahora) que saca la cabeza fuera del agua es la minería del litio.

Ojalá que los próximos pasos signifiquen que podamos sacar de terapia a la gallina de los huevos de oro.

(*) Dr. Ing. de Minas – Docente Universitario y Secretario CADI

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