ARGENTINA | 21 de Noviembre de 2024
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21 de Noviembre de 2024
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BUENOS AIRES

La naturaleza viva brinda su aporte a la minería

La empresa Mint Innovation utiliza macroorganismos como método de separación y reciclaje de metales.

Quizás resulte difícil de pensar que en estos días podría hallarse más oro en un vertedero que en una mina. Aunque el reciclaje de metales sea una práctica posible y efectiva, extraerlo es un proceso costoso y contaminante, que muchas veces se lleva a cabo entre montones de desechos tóxicos y basura.

Recientemente, una empresa emergente en Nueva Zelanda, Mint Innovation, encontró un método más prolijo y seguro para realizar minería reciclable en aparatos electrónicos. Para el asombro de muchos, el ingrediente secreto proviene de la naturaleza, ya que se trata de organismos microscópicos que evolucionaron para absorber metales preciosos. De esta manera, surge una respuesta ante el interrogante del cómo reutilizar los desechos de más rápido crecimiento del mundo.

En el año 2017 un equipo de Mint logró dar con estos microorganismos realizando investigaciones en lugares como minas abandonadas y campos con equipos oxidados. Increíblemente, estas especies de bacterias y hongos descubrieron la manera de adaptarse al entorno en el que se encontraban y evolucionaron para unirse con metales específicos, como el oro y el paladio. A su vez, desde la empresa aseguran que de ninguna manera se tratan de microorganismos patógenos.

La empresa comienza su trabajo con la recepción de las placas de circuito que están dentro de casi todos los dispositivos electrónicos. En los chips se puede encontrar la mayor parte de oro.

El primer paso del proceso de reciclaje es triturar las placas de circuito hasta que tengan una consistencia similar a la arena. Luego, esta “arena” con metales preciosos se arroja a un reactor y se la mezcla con productos químicos económicos.

Esta mezcla obtenida pasa a un filtro donde se lo prensa para separar los líquidos de los sólidos, obteniendo un fluido azul que contiene una concentración alta de cobre, estaño y otros metales.

Como primera medida, Mint utiliza la electricidad para extraer el cobre que se encuentra en el fluido azul. Utilizando placas metálicas y pasando corriente eléctrica a través de ellas, logran que el cobre quede adherido, mientras que metales como el paladio y oro todavía están mezclados con la materia sólida ya que son más difíciles de disolver y requieren un proceso más intenso.

El siguiente paso es lo que distingue al proceso de esta innovadora empresa, ya que se requiere la ayuda de la naturaleza, usando los microorganismos para concentrar metales preciosos de manera selectiva.

Una vez introducidos a la mezcla o pasta, con el correr de las horas, los microbios aumentan de peso a medida que absorben iones de metales preciosos.

Cuando la pasta se seca, las nanopartículas de oro que tienen la particularidad de volverse de color violeta. Es allí cuando la mezcla está lista para el último paso.

Mediante la incineración de la parte microbiana en un horno de fundición queda solo el componente metálico y se logra el producto final: una ceniza rica en oro, que se envía a un refinador para que concentre el material en oro del 99,99%.

Se tarda una semana en extraer 150 gramos de oro (equivalente va a una moneda maciza) de una tonelada de placas de circuito.

En la lógica, parece mucho trabajo por una recompensa tan pequeña. Por lo que surge el interrogante si realmente vale la pena este método de reciclaje de metales.

Para los fundadores de Mint la respuesta es sí, ya que cada vez es más complicado extraer metales preciosos de la tierra.

Esto puede deberse al agotamiento de las minas debido a las necesidades de la población, a las dificultades que tiene la actividad para poder extraer recursos minerales en lugares donde no hay licencia social, y la inseguridad jurídica que presentan algunos países mineros.

Como punto a favor para los recicladores de metales, la cantidad de desechos electrónicos generados a nivel mundial sigue aumentando constantemente en las últimas décadas. Si la tendencia continúa, en 2050 tendremos que lidiar con 110 millones de toneladas de desechos electrónicos por año.

Pero, aunque estos desechos se reciclaran de manera adecuada, el producto final debería pasar por un horno de fundición, método que ya se emplea en la mayoría de las operaciones mineras, y genera costo energético.

El objetivo a largo plazo de Mint es hacer que el procesamiento local de los desechos sea fácil y rentable para las ciudades. Actualmente están construyendo una planta a escala en Australia, donde se procesarán 10 toneladas de residuos electrónicos por día. De este modo, la planta más grande podría procesar alrededor del 1% de todos los desechos que produce Australia por año.

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