El inminente gobierno de Luiz Lula Da Silva en Brasil buscará más ingresos de la exploración y explotación del sector minero.
Esta es una de las directrices que el grupo técnico del Partido de los Trabajadores entregó al equipo coordinador del programa que implementará en el país vecino, previendo la institución de una tasa sobre los minerales más rentables sin descartas reformas para la captación de inversores, la asociación con empresas públicas y nuevas normativas para igualar las potencialidades de distintas zonas geográficas de Brasil.
El valor adicional, llamado “participación especial” -como ya existe en el sector petrolero-, afectaría potencialmente a los beneficios de Vale, que extrae en Carajás uno de los minerales con mayor contenido de hierro del mundo.
En opinión de representantes del sector minero y expertos consultados por Reuters, esto podría comprometer las inversiones de las mineras y favorecer a los principales competidores de Brasil, como Australia y Canadá, al reducir los márgenes de actividad en el país.
En cambio un sector más ortodoxo impulsaría fortalecer una nueva alianza desde el MERCOSUR donde intentarán sumar a la Argentina como proveedor de materias primas que equilibre demanda y exportación con valor agregado. Los equipos económicos de PT resaltan que las necesidades de ambos países son favorables para forjar un negocio estratégico y que les permitan salir al mundo con productos que posean manufactura. Consolidando a la vez un valor sustantivo que no divida potencialidades y al mismo tiempo consolide una sociedad equitativa y conveniente. El sector petrolero marcó interés para las arenas, la bentonita y la turba, no a los fines del consumo interno, sino de un producto de exportación. En esto Argentina posee ventajas de producción y reservas.
En el sector eléctrico:
En el sector de la energía eléctrica, la expectativa es que Lula mantenga el proceso de diversificación de las fuentes de generación de la matriz brasileña, principalmente a través de las energías renovables eólica y solar, que han liderado la expansión del parque de generación nacional en los últimos años. No obstante impulsarían negociaciones con Argentina y Bolivia en torno a la generación y posterior comercialización.
Los técnicos brasileros sostienen que estas dos fuentes, además de estar entre las más baratas y competitivas, tienen un bajo impacto ambiental y han llevado el desarrollo económico a regiones donde el sector no era tradicionalmente fuerte, como el noreste y el norte de Minas Gerais.
La mayor relevancia que han adquirido las agendas climática y medioambiental en los últimos años debería tener también implicaciones en el proyecto de Lula para el sector eléctrico, ya que Brasil tiene el potencial de ser un actor importante en la transición energética mundial.
La ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, conocedora de las virtudes y defectos de la región sur de América Latina, propuso algunas medidas que tendrían impacto en el sector energético, como vincular todos los nuevos contratos de energía a objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estás pensando en sumar al MERCOSUR a inversores latinoamericanos con la intensión de formalizar un gran frente productivo que les permita avanzar es una postura hegemónica regional.
Lula se ha posicionado públicamente, en reiteradas ocasiones durante su campaña a presidente, como opuesto a la transferencia del control de la empresa eléctrica al sector privado, el discurso cambió hacia el final de la campaña, ya no habló de revertir la privatización.
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