Por Favio Casarin (*)
“Ten el valor de usar tu propia razón” – Immanuel Kant
Si midiéramos la frecuencia con la que aparece una palabra en los medios de prensa y redes sociales, seguramente el vocablo “Litio”, ocupará una posición de privilegio. En efecto, hoy todos hablan de Litio, aunque pocos sepan de que se trata, pero eso es lo de menos: políticos, periodistas, comerciantes, oportunistas, y sigue la lista.
Entre tanto, en la alicaída industria minera local, el Litio –y su precio- ha caído como un bálsamo que encubre la ausencia –desde hace años- de políticas de desarrollo minero en todo el país. Y una de las cuestiones que viene generando debates en el sector, resulta ser si el Litio es –o no- un commodity. Potenciado con los últimos acontecimientos por los cuales la empresa estadounidense Livent, productora de carbonato de litio en Catamarca, fue sometida a una auditoría realizada por la Agencia Recaudadora de Catamarca, determinando que la minera debía reponer 127 millones de pesos por evasión a las arcas provinciales. Posteriormente intervino la Dirección General de Aduana (DGA), que denunció una maniobra de subfacturación en la exportación de carbonato, que arrojó que entre 2018 y 2019 la minera generó un perjuicio de US$ 8 millones en derechos de exportación y le aplicó una multa de $6.700 millones. A raíz de ello, la AFIP dictó la Resolución General 5197/2022, estableciendo un precio testigo de 53 dólares el kilo para las exportaciones de carbonato de litio. Fue tal el escándalo, que hasta el periodista Jorge Lanata realizó un informe televisivo titulado “El robo del Litio”, y recién allí la empresa rompió el silencio mediante un comunicado escrito, negando las maniobras de subfacturación, y asegurando que “el carbonato de litio no es un commodity y, por lo tanto, determinar un precio único y común a todos los exportadores es un proceso complejo que no recepta las asimetrías propias de cada productor”.
Los enrolados en cualquiera de las dos posiciones –commodity por si, o por no-, no lo explican ni técnica, ni científicamente, y las posturas de estar de un lado o del otro tienen que ver más con cuestiones de conveniencia propia . Es un debate “pour la galerie”, carente de contenido. Veamos si podemos arrimar algo de claridad, y tratar de contribuir aún desde estas pocas líneas a profundizar el nivel del debate, sin pretensiones de ser dogmáticos. Esto, recién comienza, y tendrá varios capítulos.
¿Qué es el Litio?
El Litio es un elemento metálico, el más ligero en peso de todos los metales. No se presenta puro en la naturaleza, sino que está contenido dentro de una amplia gama de minerales; sin embargo, sólo algunos poseen valor económico, siendo los principales: espodumena, y lepidolita (donde fue descubierto).
Se lo puede encontrar en minerales que contienen Litio principalmente en salmueras de salares; en rocas duras del tipo de pegmatita; y, en menor medida en rocas sedimentarias de tipo arcilloso.
Los conocidos usos del Litio, no son como elemento metálico puro, sino que se lo procesa, y se obtienen diferentes productos químicos industriales, como ser –principalmente- el cloruro de lito, el carbonato de litio y el hidróxido de litio. A su vez, dentro de cada uno de estos productos, existe una gama en función del grado. Por ejemplo, dentro del carbonato de litio (el producto más común industrializado en nuestro país), existe el de grado batería y el de grado técnico. Si vamos a las relaciones, cada 5,3 gramos de carbonato de litio, contiene 1 gramo de Litio, por lo tanto, hablar de “Litio” de modo genérico es un error. No se produce Litio, ni se exporta Litio, sino productos industriales compuestos, que contienen algo de Litio.
Concentrándonos en las salmueras, la composición de estas no es uniforme, no solo por el contenido de Litio, sino también por la presencia de otros elementos como potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro, boro, bromo, nitratos, sulfatos, etc, lo cual requiere que cada salmuera sea tratada en forma particular, de acuerdo a su composición. El proceso convencional en general consiste en la extracción de la salmuera (contiene apenas un 0,2 % de Litio), luego la concentración mediante evaporación (permite pasar del 0,2 al 6 %), que provoca a su vez la precipitación de sales de sodio, potasio y magnesio, entre otras. Posteriormente la salmuera concentrada se trata en una planta química, donde se purifican y cristalizan, luego se realiza un proceso de carbonatación, una posterior precipitación y por último el secado de los cristales. Si al carbonato de litio se lo trata con ácido clorhídrico, con una posterior concentración por cristalización, se puede obtener cloruro de litio. Este compuesto puede luego ser sometido a un proceso de electrólisis y conseguir así, como producto final, litio metálico.
¿Qué es un commodity?
Los commodities son materiales tangibles y homogéneos que puede ser negociados en el mercado nacional o internacional. Normalmente se utilizan como insumos en la fabricación de otros productos más refinados. Por ejemplo, el petróleo es un producto básico que se utiliza en la producción de otros materiales. También el oro, el carbón entre los minerales; los tipos de ganado; trigo, maíz, soja, entre los agrícolas. Se trata de productos básicos (materia prima) y uniformes cualquiera sea el producto.
Los commodities, entonces, son un elemento productivo básico, no poseen ningún valor añadido o procesamiento diferencial más allá de su proveniencia, por eso se utilizan como materia prima para fabricar productos más refinados. Un commodity tiene el mismo precio y la misma calidad en cualquier lugar del mundo donde se produzca.
Existen dos tipos de mercados donde se comercializan los commodities. Uno es el mercado al contado (spot) donde se vende la materia prima en tiempo real, de manera que el pago se realiza inmediatamente y el producto se entrega en ese mismo momento. Otro es el mercado de futuros, donde se negocian las materias primas mediante contratos de futuros en los que se fijan por adelantado la cantidad y el precio para una venta posterior.
¿Litio es commodity?
Lo que se comercializa no es Litio metálico, ni puro, ni refinado. Es un producto químico que contiene Litio, obtenido luego de un proceso industrial . El proceso, si bien es el mismo, tiene sus propias especificaciones de acuerdo a cada salmuera, basado en la concentración de Litio y de otros elementos y sales que hay que separar. A su vez, existen los requisitos de los clientes, que pueden ser diferentes, y, en consecuencia, hacer variar el proceso industrial.
Desde este punto de vista, los productos derivados del Litio que se comercializan, sean cloruro de litio, carbonato de litio, e hidróxido de litio, no cumplen con los requisitos para ser considerados como commodities clásicos.
Teniendo en cuenta lo apuntado, no puede existir un precio uniforme de ninguno de los productos derivados del Litio. Lo que si puede existir, es un precio referencial. Y si hablamos de contratos a término, las variaciones de precios pueden ser considerables respecto al precio “spot” del momento.
Lo que se denomina región del Litio, o triángulo del Litio existe solo en recursos. No así en reservas (recomiendo leer en nota publicada en esta misma columna la diferencia entre recurso y reserva), y mucho menos –claro está- en producción, siendo esta actualmente limitada y en solo dos países –Argentina y Chile-, a través de multinacionales. Por lo tanto, hablar de una “OPEP del Litio”, “formar un precio regional del Litio” o algo similar, son solamente slogans imaginativos de gente que no conoce el proceso ni el negocio, y que carecen por completo de sustento técnico y real.
Por si lo anterior fuera poco, hay que recordar que de acuerdo al Código de Minería el Estado no puede explotar por sí mismo las minas, y los concesionarios (privados) pueden aprovechar y disponer de las minas como dueños a perpetuidad, pudiendo enajenarlas, hipotecarlas, arrendarlas, testarlas, donarlas. Por lo tanto, mientras no se reforme el Código de Minería, o no se cree una empresa minera nacional público-privada, todos los deseos del párrafo anterior, nunca pasarán el estadío de ser simpáticos sueños. Y como dijo el ilustre Calderón de la Barca: “los sueños, sueños son”. No más que eso.
El camino debería ser, más que debatir status de commodities, soñar con convertirnos en patrones de precios, o imaginar slogans irreales, en aprovechar la existencia del recurso Litio, estratégico junto a otros minerales para los objetivos mundiales de descarbonización y transición energética. Y debido al bajo riesgo minero y escasa inversión que tiene su desarrollo, avanzar hacia una producción minera nacional planificada (privada, nacional y provincial), incluyendo valor agregado, utilizar determinadas figuras del Código de Minería actual y reformar otras, para un mejor aprovechamiento del recurso, y no solo como una exigua cifra que ingrese por regalías y derechos de exportación.
Por último, la pregunta: ¿Para Usted, el Litio es un commodity? No me crea a mí. Tampoco crea en lo que escucha y dicen los demás. Lea, estudie, investigue, dude, piense, use su propia razón.
La seguimos pronto, esto comenzó, y no termina…
(*) Abogado y Geólogo
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