El escándalo que se hizo público en la provincia de Catamarca por la posible sub facturación hecha por Livent, denunciada en los primeros días del mes de junio, ya encierra ribetes de show del teatro de revistas que son propias de la Avenida Corrientes.
Empresa, funcionarios, opositores e intereses mediáticos deslindan acusaciones y defensas de posturas que solo contribuyen a la confusión general y sirven a intereses minúsculos.
Lo cierto es que todo indicaría que hubo, por lo menos, una enorme ausencia del control del Estado desde sus diferentes oficinas públicas, provinciales y nacionales. El hecho que una empresa declare precios de exportación de minerales, en este caso el litio, a cifras muy inferiores, a las que efectúan otras empresas en otras provincias y bajo las mismas leyes, por lo menos, generan no solo desconfianza, permite olfatear un tufillo muy característico de la presunción de delitos económicos.
Así lo entiende la percepción social que no sabe de normativas ni se ajusta a derecho, es eso que se basa en un discernimiento que carece de fundamentos y sólo se puede conjugar desde la comprensión o decodificación de lo que sucede.
Si sólo, a modo de ejemplo, detallamos que un precio de un producto, en este caso el litio, en Catamarca se liquida a 9,000 la tonelada y a 600 km de ésta, otra similar de idéntico procesamiento y bajo las mismas normas lo comercializa a 20.000; a simple vista se concluye que o el que vende a menor valor es un “colgado” o el que lo realiza a mayor valor es un “cráneo”, así explicó a PGM un destacado analista económico del sector. Lo cierto es que, con simpleza y sin muchas explicaciones, el común de la gente, y aun los más encumbrados profesionales, ya hablan de “tongo y perjuicio”.
A esto sumémosle que nada está claro en este circo y que todos los actores involucrados carecen de sensatez a la hora de hacer saber su postura. Al unísono, con la letra que existe al respecto, los que se tapan la cabeza con una frazada corta se destapan los pies y para ser claros, los que comparten una cama “King” pretenden cobijarse con una manta para cama “Twin”. Así se presentan los funcionarios provinciales que descubrieron el detalle de la supuesta mala rendición que realizara la empresa minera Livent. Por otro lado, la repentina aparición de la AFIP que no posee, con claridad, las formas y controles que debe aplicar a este tipo de producción que se exporta y para no ser menos, la Secretaría de Minería que demostró no tener control, conocimiento y estudio algún sobre lo que sucede en la producción, exportación y comercialización de minerales. Más allá de que no le corresponda, esta situación da letra a quienes expresan críticas sobre la falta de controles que existen sobre la industria a la hora de precisar datos.
Esta situación desatada en Catamarca expone a todo el sector minero argentino. No es una simple situación. Y saber quien “está mejor tapado” no es la cuestión. La exposición pública de esta parodia funcional degrada los argumentos de trasparencia ante la sociedad. Los silencios de la autoridad minera y la falta de respuestas contundentes agravan el panorama que sólo carecerá de importancia ante el paso de los días. Pero deja un antecedente muy lamentable.
La minería, por ser tan cuestionada, debe presentarse en forma indeclinable con una robustez impoluta ante la sociedad. Acá importa la inexperiencia de la funcionaria de turno y sus secuaces temporales, ante estos cuestionamientos debe existir solvencia institucional, claridad de conceptos y no esconderse detrás del cargo circunstancial.
Lo más sorprendente es que la oposición catamarqueña intentó trasladar el hecho provincial y convertirlo en un acontecimiento de relieve nacional. No lo logró. Lo intentó en el Congreso pero solo lograron desplegar algunas plumas.
En la Comisión de Minería:
En primera reunión anual (así estamos) de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados de la Nación realizada en la última semana de junio, estuvo la secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila. Fue allí que en el marco de brindar un informe sobre la situación del sector en el país, salió el debate de la mala liquidación que habría efectuado la empresa Livent en Catamarca.
El diputado nacional Rubén Manzi (JPC-CC-ARI) interrogó a la funcionaria sobre las circunstancias que permitieron el escándalo sobre litio de la empresa Livent. Al respecto pidió explicaciones por una facturación 800% menor que lo que se exportó en Jujuy. Lo que para él esta irregularidad “no surgió de los organismos de control, ni nacionales, ni provinciales, ni, por supuesto, de una autoculpa de la empresa. Creo que esto ensombrece muchísimo la precaria licencia social que tiene la minería en la Argentina”, destacó Manzi. A la vez fue este legislador que interpeló a la funcionaria Ávila, quien en un tono muy bajo, dijo que como funcionaria del ejecutivo nacional “tengo que ser mucho más prudente porque no se puede hablar de subfacturación hasta tanto no se expida la AFIP”.
Ampliando que “se está investigando y hay que esperar que el organismo competente termine su investigación y determine qué es lo que ha pasado”, agregando luego que para ella “no es descabellado” entendiendo que la diferencia entre lo que facturó Livent y lo que facturó la empresa jujeña de litio puede poseer variantes que se deberían tener en cuenta, explicando al respecto que “Livent está operando desde los años 90 y la empresa jujeña comenzó en 2015, por lo que pueden existir distintos contratos” (corrección FMC era la empresa que se instaló en 1998, Livent después adquirió la firma en 2019). Además la secretaria esgrimió que existe “mucha información confidencial de los contratos; estoy segura de que AFIP determinará si hay una irregularidad. Hay que tener en cuenta que el litio no es un commodity, con lo cual no hay un precio internacional establecido”, argumentó, sin aportar nada contundente al respecto.
Por su parte, el diputado Francisco Monti (JPC-UCR), quien además se refirió al conflicto social existente en Andalgalá en torno al proyecto MARA, remarcó que la empresa terminó reconociendo que había subfacturado la venta de litio. “El culebrón ha sido verdaderamente escandaloso. La empresa deberá explicar cómo hizo para facturar tan bajo contra lo que facturaba la empresa jujeña. Exista o no subfacturación, claramente al Gobierno de Catamarca se le escapó la tortuga, y cuando se hizo la determinación del organismo recaudador de Catamarca, la empresa confesó inmediatamente y pagó”, advirtió el diputado.
Además, consultó a Ávila sobre cuál es la propuesta de la Nación para atender el clima de conflictividad que hay en Andalgalá, donde aseguró que “todos los andalgalenses, como mínimo, tienen serias dudas respecto del proyecto de Minera Agua Rica-Alumbrera”. Al respecto, Ávila no desconoce la problemática, insistió en que “es un tema que no se va a solucionar de un día para el otro”. Sin precisar que ella, como ministra de Minería no lo solucionó bajo su gestión en la provincia. No obstante señaló a los presentes que “sabemos del clima de conflictividad y creemos que es importante avanzar con mucho diálogo” para lo cual está impulsando “la llegada de la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad”, recordó la funcionaria.
Conclusión, por medio de la señal Diputados TV se pudo observar en directo cómo la política catamarqueña utilizó el espacio de la Comisión de Minera para demostrar su compromiso con la industria minera nacional, exhibiendo “los amplios” conocimientos de sus exponentes en la materia, y de cómo trabajan, para gestar espacios de mejoramiento jurídico y previsibilidad para los inversores extranjeros.
Los funcionarios catamarqueños de ambos poderes mostraron ampliamente sus dotes de vedetismos y repartieron chicanas para captar adeptos y lograr, ante las cámaras de tv y con público presente, el aferro con su provincia, y en original instancia, mediante un show. Sólo faltaron características del teatro de revistas como las plumas y el conchero. Hay quienes especulan que los habrán dejado para otra oportunidad.
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