El “rey del Chamullo” arribó a CABA en el año 2019 para ser ministro, y sólo ancló como secretario de Minería.
Enero 2022
Tras 22 meses de gestión, abandonó (¿o lo abandonaron en Nación?) para volver a sus pagos a ser un ministro político del gobernador Sergio Uñac. Un ministro con algo de poder, pero que fracasó en la Capital Federal y defraudó a propios y ajenos.
Sin duda, tras el triunfo del presidente Alberto Fernández en el año 2019, los augurios para Alberro Hensel, cuando llegó en 2020 a la SECMIN, eran promisorios. Arribaba el referente minero de una provincia con vasta experiencia dentro de la actividad. Poseía, un aparente ADN, que se sospechaba iba a ser puesto en función de la construcción de un modelo nacional vigoroso, federal, participativo y anti hegemónico. Fueron solo augurios.
Hensel fue, sin lugar a dudas, un verdadero fraude intelectual, de gestión y de malas prácticas democráticas. En síntesis, se refugió en la pandemia para justificar su inoperatividad. Montó una estructura paralela en su provincia de origen y convirtió a la secretaría nacional en un apéndice sanjuanino sin precedentes. Llegó e instaló a dos sanjuaninas en las subsecretarías existentes. A una de ellas, Laura Rópolo, con quien repitió la experiencia laboral anterior, donde no se bancaba, la operatividad de ella y su prestancia; terminaron mal antes en San Juan y ahora. Pese a ello, la convocó y la historia se reeditó. Papelón que trascendió el octavo piso del edificio donde funciona la autoridad minera nacional. Los más gráficos le dicen “el dúo Pimpinela”, donde al igual que la pareja musical, “ella imponía la batuta” y el no se la bancó.
Como si fuera poco, se imaginó que por zoom podría hacer la gestión que demandaba la industria. Se pasó hablando durante dieciocho meses de un plan nacional. Armó reuniones masivas, confeccionó un discurso para la tribuna y durante el año 2021, desde mayo hasta que lo partieron, perdón partió, en el mes de diciembre, él anunciaba que pronto lo haría conocer.
Lástima para él, la comunidad minera se enteró cuando desde Prensa GeoMinera en el mes de septiembre se publicó un borrador. Así no tuvo más excusas, y eligió filtrar una presentación oficial. Ya era tarde. El destino de su permanencia en Buenos Aires estaba signado por la necesidad política de San Juan y la insatisfacción de un sector que necesita de gestiones y no de chamullo. El ministro Matías Kulfas se cansó de tanta perorata a ritmo de “cueca” y aceleró los cambios. Uñac lo repatrió y la minería argentina recuperó oxígeno.
Renglón aparte para el papelón de Chubut. Hensel fue un artífice necesario para empeorar la historia minera de la provincia patagónica. Como muestra de cómo se armó el trágico final, fue su decisión de colocar a dos antimineros en la principal escena política mediante una representación estatal. Apoyó y sostuvo el nombramiento del ministro de Minería de Chubut, Martín Cerda, un denunciante de que la “minería es contaminante” dichos documentados que dijo al asumir como funcionario en 2019; por el otro lado, promover a Aldo Bonalumi, ex secretario de Minería de Córdoba, que bajo su gestión se confeccionó y promulgó la Ley antiminera en la “Docta”. Esto, no sólo consta en la historia, fue denunciado por el Secretario de Minería de La Rioja, el mismo día que Hensel lo bendijo como Secretario Ejecutivo del COFEMIN y desplazó del cargo al experimentado abogado Horacio Joulia, quien había cumplido esa función en tiempos de Daniel Meilan.
Para abonar más su currículum vitae el ahora ministro del interior de San Juan, desde su llegada a Buenos Aires, tuvo intentos de disociarse permanentemente de un referente del sector con reconocida incidencia a nivel nacional e internacional dentro de la industria, el mismísimo José Luis Gioja. Algo que empeoró la convivencia dentro del mismo sector que necesita sumar y no restar. Jamás lo convocó y mucho menos lo hizo participar del show que armó para la elaboración del plan nacional. Algo más que un descuido.
Su intento de instalar el “modelo San Juan” fue una farsa, ya que si alguien puede hablar de ello es quien se desempeñara tres veces como gobernador, actual diputado nacional y senador por San Juan. Gioja siempre habló de las bondades que logró en su gestión desde la minería, pero él nunca se animó a desear ese modelo para el resto del país; sí para desarrollar la industria, pero desde una concepción federal. En resumen, Hensel fue un unitario de raíz provincial. Intentó fallidamente, como muchas de sus ideas, tener “chapa propia”. Nunca le alcanzó.
Sin duda como muchos dicen, debe ser un excelente padre, mejor hijo y respetuosos vecino. Como autoridad minera un verdadero fiasco.
Pasó por la Diagonal porteña, General Julio Roca, sin pena ni gloria. Dejó dentro sector amargo y profundos reveses. Una vez más, la primera figura sectorial de un gobierno nacional, hace agua. Planteó una gestión llena de improvisación, favoreció el nombramiento de amigos y conocidos y no dejó nada para resaltar. Tuvo un Jefe de Gabinete sin funciones ejecutivas conocidas, caso de Hugo Nielson. Trajo a un desconocido para reemplazar a Ropolo, y como si fuera poco, un Juez Federal de Viedma, le recomendó a él y otros abogados del equipo aprender la Constitución Nacional ante las denuncias de los vecinos de San Antonio Oeste para que remedien la contaminación de plomo que padece esta zona de Río Negro. Algunas de las “perlitas” inconclusas que dejó. Sin querer nombrar los sucesos de Mendoza.
Como se leerá, mucho ruido y pocas nueces. En definitiva, tiempo perdido, y quizás lo más lamentable, la frustración que sólo vendió humo, como será de cierto que ni fue capaz de realizar un balance de su paso por el gobierno nacional. Se fugó, literalmente. No hubo pañuelos al viento ni lágrimas que registrar. Dejó a muchos “colgados” de la trifasica.
Eso sí, usó el aparato estatal para generar ataques a la prensa independiente; intentó manipular desde la presión de un sello, que como todos sabemos, siempre posee fecha de vencimiento. Logró desprestigiarse desde la utilización de escribas eunucos que financió desde las arcas del Estado. Todo fue parte de un sainete unipersonal, que fue intrascendente y efímero, muy precario si se prefiere.
Un alivio para el sector. Hensel, en definitiva, ya no es más secretario de Minería. Llegó en su reemplazo una mujer desconocida para la industria, pero que llega con buenos pergaminos desde Catamarca. La abogada Fernanda Ávila amarró en la secretaría de Minería de la Nacional luego de ocupar el ministerio de esta industria en la provincia de Catamarca desde agosto de 2020; días después que renunciara al mismo otro referente sectorial como lo es el Ing. Rodolfo Micone. Antes de eso, fue asesora General de Gobierno, un cargo que ocupó desde diciembre de 2019 al arrancar la gestión del gobernador Raúl Jalil.
Es de esperar que la nueva funcionaria se desempeñe con perfil propio, bien asesorada y recurriendo siempre a quienes saben y comprenden el desarrollo de una industria compleja y quien necesita ser motorizada por el gobierno nacional. Para ello deberá meter tijera a la herencia de su antecesor. Poner pulmotores a los efectos de airear la estructura intentando retomar el rumbo de una multifacética industria que demanda acción, criterio, seriedad y consenso. Algo que, las últimas gestiones, han carecido.
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