En Argentina, ya existen reservas comprobadas en varias provincias del centro, el norte y el oeste de nuestro territorio.
Las tierras raras son una combinación de materiales que se utilizan en una gran cantidad de nuevas tecnologías, vitales en la actualidad y en las próximas décadas, como por ejemplo en vehículos híbridos, imanes, baterías, reproductores de audio o lámparas de bajo consumo.
La expansión geográfica de las tierras raras a nivel mundial muestra que se trata de un recurso que no poseen tantos países y que no es tan sencillo de hallar en la corteza terrestre, además de requerir operaciones complejas para su producción. Lógicamente, el constante incremento de su requerimiento por parte de la industria tecnológica supone la necesidad de aumentar su extracción.
La denominación de las tierras raras nació por las dificultades que tenían los primeros geólogos que trabajaron con ellas para encontrarlas y aislarlas de las estructuras minerales que las contenían. Esa complejidad aún se mantiene, pero los avances técnicos han hecho más viable su producción. Más allá de esto, sus características y su gran demanda hacen de las tierras raras un producto altamente valorado y de excelente inserción en el mercado.
Las llamadas tierras raras se conocen desde 1787 y están compuestas por 17 elementos metálicos, como por ejemplo el itrio, el escandio, el europio o el gadolinio, entre otros. Además de su creciente uso en el campo tecnológico, un beneficio extra de las tierras raras es su costado ecológico, debido a que poseen un impacto ambiental mucho menor al de otras variedades mineras.
Sus aplicaciones son verdaderamente muy amplias, transformándose en un componente vital para la producción de hardware en informática, pantallas de computadoras y televisores, pilas de combustible y baterías, lámparas de bajo consumo, equipos de energía solar, teléfonos móviles, imanes, turbinas y dispositivos de seguridad, entre otros destinos. Resulta complejo hallar un equipamiento tecnológico contemporáneo que no incluya a las tierras raras en su composición.
Gran crecimiento de la demanda
Otro punto interesante a tener en cuenta es que a nivel mundial la demanda de tierras raras ha crecido de forma sorprendente en las últimas décadas, llegando a aumentos de hasta un 10% anual. Ni siquiera la última crisis económica global ha generado un descenso en la demanda de tierras raras. Mientras Estados Unidos había dominado históricamente este mercado, en la actualidad y ya desde hace varios años el liderazgo es ocupado con claridad por China.
Aunque existen reservas aptas para nuevos desarrollos productivos en distintas partes del mundo, como por ejemplo en sitios tan alejados como China, España, Groenlandia o Sudamérica, no es tan sencillo encarar un proyecto de este tipo. Además de los requerimientos económicos, técnicos y de la complejidad operativa, ya que se necesitan grandes movimientos de suelo y una gran concentración de tierras raras para que los emprendimientos sean rentables, se estima que una mina de este tipo necesita un mínimo de 15 años para su desarrollo.
Argentina y un camino por recorrer
¿Qué sucede concretamente en Argentina? Ya en la década de 1980 comenzó el interés por las tierras raras, pero en ese momento no se dieron las circunstancias necesarias para que los capitales italianos que buscaban invertir iniciaran las actividades. Se sabe que en las provincias de Salta, San Juan, San Luis, Córdoba, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero existen reservorios de tierras raras.
Por ejemplo en Valle Fértil, provincia de San Juan, recientes estudios geológicos confirman la presencia de tierras raras en minerales como la monacita o la allanita, que en su composición incluyen elementos como el cerio. Asimismo, en la Sierra de Sumampa, Santiago del Estero, geólogos del Conicet encontraron indicios de tierras raras en investigaciones realizadas hace algunos años.
Por otra parte, en Rodeo de los Molles, San Luis, se encontraría según los especialistas uno de los sitios con mayor potencial a futuro en el campo de las tierras raras en toda Sudamérica. Allí, la compañía Wealth Minerals adquirió recientemente una importante porción de terreno para desarrollar el área. En tanto en Cachi, provincia de Salta, un sector de alrededor de 55.000 hectáreas de extensión también dispondría de un gran potencial para su explotación.
Distintas empresas con presencia internacional han solicitado en los últimos años permisos de exploración para comenzar a estudiar la puesta en marcha de proyectos productivos en gran parte de las provincias mencionadas anteriormente, y todo parece indicar que si se crean las condiciones necesarias la producción de tierras raras en la Argentina debería surgir con gran fuerza en los próximos años.
Sin embargo, y más allá de intentos aislados de algunas provincias, no parece existir todavía una planificación concreta a nivel nacional en torno al desarrollo de este patrimonio ligado a las tierras raras, que puede llegar a ser estratégico para ubicar a la Argentina en una posición de liderazgo dentro de un mercado que aumenta su volumen año tras año y que no parece tener límites, sobre todo considerando la permanente expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
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