ARGENTINA | 21 de Noviembre de 2024
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Laplace dixit: El dirigente gremial establece la agenda de un sector que se resiste a tratar sus temas más trascendentes

El Secretario General de AOMA abonó durante todo el mes de mayo con sus inquietantes y samarreantes definiciones, sobre lo que piensa del sector minero argentino.

No estuvo con chiquitas ni indirectas. Todas sus reflexiones abordaron las diferentes problemáticas que debe enfrentar y hacen a la industria, resaltando lo positivo o cuestionando la tarea mal hecha o la que no se efectúa.

Aclara siempre que es “la simple visión de los trabajadores”, solo por delicadeza institucional, a sus apreciaciones, no les pone nombre y apellido, pero quienes escuchan o leen sus valoraciones, en forma natural se les aparece el destinatario.
Sin lugar a dudas que el último mes de mayo fue todo signado por las declaraciones de Héctor Laplace.

Comenzaron el mismísimo Día de la Minería, desde donde continuó con sus dichos filosos y elocuentes, en eventos nacionales y en declaraciones periodísticas a diferentes medios periodísticos que se hicieron eco de sus definiciones. Fue el “Mayo Laplace”, si nos permiten emular la epopeya francesa de la década del sesenta, quienes profesaban “la imaginación al poder”. Aquí y ahora en el sector minero podríamos usar las motivaciones que ofrece este actor de la vida minera para señalar “gestionar para hacer y dejar las habladurías”. Algo así.

El dirigente de los trabajadores mineros ha demostrado en los últimos 15 años que no anda con vueltas para hacer sentir sus palabras. En su haber figura haber sido el primer gremialista argentino que se refirió a los daños de la inflación en pleno gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, allá por los años 2010/2011 o de impulsar los “Contratos por Empresa” del cual hacen referencia en el último lustro diferentes gremios y empresarios.

La premisa que siempre maneja Laplace es “primero los trabajadores y el interés de la Patria”. Muy difícil que lo muevan de ese eje. La representación genuina de este dirigente, el único existente en el sector, fue ratificada en reiteradas oportunidades por elecciones directas, transparentes y democráticas. Representa a más de 35 mil afiliados. No es producto ni de inventos; negocios políticos o referentes ocasionales. Posee historia, prestigio y racionabilidad.

Desde esas pequeñas, pero sólidas, convicciones, ha construido un criterio y una cultura del rol del sindicato en la conformación de un sector. Sin muchos más preámbulos que el sentido común y la ley, se mueve dentro de una industria donde conviven enormes y minúsculas inversiones. Donde se encuentran los mejores y peores salarios. Con la característica de tener que negociar con autodenominados empresarios, que son simples empleados jerárquicos, a lo que se le debe sumar, el ingrediente de estar en Argentina, que no es un dato menor.

Volviendo al “Mayo Laplace” su agenda estableció con contundencia, los ataques anti mineros, la difamación sobre la industria; la precariedad laboral; la muy mala comunicación; el Plan estratégico del gobierno; la necesidad de defender con contundencia la industria; hablar de cara a la gente y cuestionó las sociedades estratégicas que mencionan las empresas. Sin duda que la buena fe de sus expresiones, pueden causar molestias, pero constituyen una bocana de oxígeno para que la industria de señales de vida.

Ser “socios estratégicos” dentro de la industria
Les dolió a los representantes de empresas la afirmación de que el “ser socios” dentro del sector sucede a veces, o mejor dicho cuando les conviene a las compañías. En relación al rol de la organización sindical dentro de la industria minera mencionó que “hemos sido y queremos seguir siendo socios estratégicos. Pero queremos seguir siéndolo siempre, no a veces sí y otras no” en un claro mensaje a las empresas que operan en el país.

En otro de los pasajes de sus exposiciones, sentenció que para él “Infraestructura es desarrollo. Cuando uno habla de caminos, conectividad, energía o servicios esenciales significa desarrollo”, abonando el concepto que desde la inversión minera eso se obtiene. Alarmando que, estas cuestiones, el sector no las incluye como parte de su fortaleza socia a la hora de consolidar las ventajas de la industria. Entendiendo que es un impacto positivo “que será en provecho de todas las actividades, no solamente de la minería, y esto también es consolidar el desarrollo y la calidad de vida para la gente”. Recordando que es una multiplicación de las externalidades que contribuyen a “generar trabajo” concibiendo que así se puede contribuir a la demanda de mano de obra.

En otras de sus contundentes afirmaciones del mes arremetió con planteos sobre “la no comunicación de la industria”, asegurando que cuando eso se revierta “vamos a necesitar la licencia social que tan vilipendiada es en vastas regiones de nuestro país”. Para lo cual sugirió “alcanzar a través del diálogo”.

El principal referente de los trabajadores mineros argentinos anheló que, a partir del tan mentado plan estratégico para la actividad minera, se logre salir “a nuestro interior, llevando los mejores ejemplos”, recomendando a la vez que “lo que se ha hecho mal tratemos de dejarlo a un lado y mejoremos”.

Con alta diplomacia les planteó a los integrantes de las diferentes esferas del gobierno nacional que “tenemos que ser capaces de ir a explicarle a nuestra gente de los que somos idóneos”, para lo cual exigió “embarrémonos las patas en cuanto tengamos la oportunidad y vayamos de frente a decirle a nuestra gente de lo que somos capaces”, muy clarito, a buen entendedor pocas palabras.

En otro orden, al participar del Primer Encuentro Nacional de Proveedores Mineros, reclamó reglas claras para evitar “trabajadores de segunda categoría” y que para ello se debe “cumplir las leyes vigentes”, rechazando contundentemente la existencia de “personal subcontratado y tercerizados” que usan algunas empresas para abaratar costos. Una situación que AOMA denuncia en forma sistemática desde hace varios años.

En referencia a la cadena e valor de la industria en las economías regionales dejó muy preciso el concepto que pone de relevancia la importancia de promover las economías regionales para lo cual sustanció “la oportunidad para la constitución de proveedores locales que, en su gran mayoría, son pymes”.

Argumento con firmeza que desde AOMA, se rechaza la aparición de “los trabajadores de primera y de segunda”, categoría por consecuencia de la tercerización y precarización de los trabajadores dentro de la industria. Les recordó a funcionarios y empresarios que los trabajadores mineros “tienen una Convención Colectiva de Trabajo (CCT) ampliamente discutida” lo cual no permite la existencia de “contratados o subcontratados que se transforman en empleados de segunda, donde no se respeta, en líneas generales, la legislación”, vigente.

Como si lo expresado no haya sido sumamente claro, a continuación, dijo que “cuando aseguran que es un problema intersindical quiero decirles que esto no es así, no se trata de un problema entre gremios es consecuencia de hacer mal las cosas”.

Al mismo tiempo remitió un mensaje a las empresas que desean establecer normas de trabajo que signifiquen dos días de trabajo por dos o tres de descanso o alguna similar, descalificó esa metodología resaltando que “dentro de la ley todo”, fuera de ella “nada”. También entiende que, como gremio “no pongo piedras en el camino y los inversores podrán venir de cualquier lugar del mundo, pero en Argentina, hay que respetar la ley” del país.

Al pasar recordó la necesidad imperiosa del establecimiento dentro del sector “de reglas claras” a los efectos de que todos las cumplan “y no como sucede a veces que algunos pocos pícaros” aprovechan artilugios para sacar ventajas.

Litio, cemento e inversiones reales:
En relación al litio entiende que “seguimos insistiendo que buscar por todos los medios darle mayor valor agregado a un mineral o un metal, es darle trabajo a nuestra gente”. Valoró los importantes trabajos realizados por las empresas de exploración radicadas en el país señalando que “haya exploración significa que seguimos pensando en minería en el país porque sin esta posibilidad no tendríamos proyectos a futuro”.

Rescató a la actividad de la minería no metalífera, la cual está ligada ínfimamente a la construcción. Pudo en relevancia que tres grupos de empresarios cementeros todos poseen actualmente inversiones. Hizo hincapié en que, en este sector, también perteneciente a la industria, “tenemos la inversión de Loma Negra, en su planta L’Amali, en Olavarría, provincia de Buenos Aires, con casi 300 millones de dólares de inversión; Cementos Avellaneda, en San Luis, una fábrica nueva con más de 250 millones de dólares de inversión, que ya fue puesta en marcha; y a Holcim, una empresa que está asentada en Mendoza, Córdoba y Salta, hoy con una inversión en Córdoba cercana a los 200 millones de dólares con una nueva línea de producción”. Paradójicamente, de estas contundentes informaciones no son abordadas ni por los medios nacionales ni la prensa oficial de los diferentes gobiernos.

Mendoza, Chubut y la deuda de la clase política:
Rememoró los lamentables “sucesos experimentados en Mendoza, a finales del año 2019 y enero del 2020, que fueron muy tristes” para la minería. En aquella oportunidad “quizá la política se puso de acuerdo, pero faltó una pata para obtener la licencia social y sin ella no habrá minería” que es el contrato con la gente. Un simple detalle que no se tuvo en cuenta.

En paralelo se refirió a que “en Chubut también la política mete la cola” para habilitar el desarrollo minero que hoy está prohibido. “Quienes recorrimos la meseta central, de esa provincia, nos resulta increíble que desde la política no se pueda fomentar la actividad minera”.

Ofreció un duro mensaje para las autoridades del sector minero y del área comunicacional nacional denunciando inacción ante la difusión, sin contrastes y en forma tendenciosa, de expresiones anti mineras, desde Canal 7 y Radio Nacional. Al respecto manifestó que “nos duele, y lo quiero marcar con todas las letras, que se pregone la anti minería desde los canales públicos de televisión y de radios” estatales de toda la República Argentina. “No puedo creer que cuando existe una política de Estado, a partir de la máxima autoridad del Gobierno, tengamos ministros y medios oficiales que pregonan la anti minería” dijo en forma contundente.

En relación al plan estratégico que se diseñó desde la Secretaría de Minería de la Nación, dijo que “lo celebramos”, pero advirtió que “después hay que ejecutarlo” y para llevarlo adelante “no lo van a poder hacer como lo hecho hasta ahora a través de las redes, del encuentro virtual, desde una oficina en Buenos Aires” sugiriendo con precisión meridiana que tendrán “que embarrarse las patas y hablar con la gente”. Interpretó que, si bien es “fácil hablar desde una oficina en Buenos Aires”, existe la “necesidad de llegar con un buen mensaje” a los millones de personas que demandan certezas desde la industria minera nacional.

Recordó que en la Argentina el principal flagelo que existe “es el hambre, es la pobreza”. Para lo cual sugirió la imperiosa necesidad de “gestionar para que saquemos ese 50% de argentinos que la están pasando mal”.

Comunicación inexistente y el justificativo de la mala prensa:
También se refirió a “la mala prensa” que posee el sector minero argentino. Al respecto respondió que “desde esta industria existe muy mala comunicación”, agregando un mayor enfoque crítico desde la visión de los trabajadores.
Reforzó sus dichos al entender que “ya hace más de 25 años que se modificó la ley que posibilita las inversiones en Argentina, y siempre señalamos desde AOMA, la imperiosa necesidad de sostener una comunicación correcta” a los efectos de esclarecer a la sociedad.

“En ese sentido, el sector está fallando”, explicó desde su óptica sindical observando que “cada inversor se está mirando el ombligo, es decir, cada uno está tratando de resolver su situación sin importar el conjunto y es ahí donde cometemos otros errores” reseñó Laplace.

Seguidamente avaló la idea que la sociedad “al no poseer información, real y certera, tiene temores razonables”. Explicando finalmente que, a la mala prensa, la incomunicación de la industria y las dudas de la gente “hay que sumarle las campañas distorsionadoras y maliciosas” de grupos de interés específico.

Conclusión:
Este informe se construyó con un relato emanado de las menciones que el dirigente nacional de AOMA ha realizado en forma contundente y pública durante todo el mes de mayo de 2021.

La reseña se basó es expresiones textuales.
Las aclaraciones fueron deducciones y aquellos que se permiten liberar la imaginación que les permitirá poner los nombres propios de a quien considere dirigidos. Sin embargo, esto último, son cuestiones secundarias. Aquí se puso de relevancia que los contenidos son sustentos elocuentes de diferentes temas que hacen al día a día de los aconteceres de la industria minera nacional.

Héctor Laplace construye agenda. Es el único que se anima a darle abordajes a una inexistente lista de prioridades que demanda el sector y pocos se animan al abordaje. No es pesimista ni efusivo, solo es palpable.

Una mirada parcial que no encuentra fisuras ni es sesgada. Podrá gustar, compartir, o detestar, pero constituye una realidad que, por diferentes motivos, no se animan a responder aquellos que son los objetos o responsables de sus apreciaciones. Otros lo aplauden en privado o le mandan mensajes de aprobación. Pero, muy lejos de imitarlos, se mueven en las penumbras y prefieren esconder la cabeza, como caracteriza a importantes referentes del sector público y privado de la industria.

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