Por el Secretario Nacional de Seguridad e Higiene y Secretario General de AOMA seccional San Juan.
Como trabajadores mineros estamos enteramente orgullosos que, en la tierra de Domingo Faustino Sarmiento, impulsor de la minería en Argentina, consolidemos esta industria en la provincia de San Juan.
La minería metalífera llegó a esta región de Cuyo en el año 2003, decidida a quedarse, emprendiendo desde ese tiempo una de las transformaciones socio económicas y políticas más importante desde el proceso de construcción de Argentina tras la Revolución de Mayo.
Salvo excepciones, muy particulares, la sociedad sanjuanina hoy posee una cultura minera que se fue preparando de generación a generación a partir de los yacimientos de piedra, caliza, rocas y ripio. En lo personal, puedo citar mis orígenes que son mineros, como los de mi padre, primos, hermanos que desarrollaron sus vidas desde una cantera.
Somos muchos los sanjuaninos que ya cursamos la tercera o cuarta generación de trabajadores dentro de esta actividad. Esto es a cuento de corroborar esa afirmación de que, por nuestras venas, fluye sangre minera.
Desde las diferentes Ramas que nuclean a los trabajadores representados por AOMA, hemos trabajado y preparado para poder estar a la altura que nos exigía la circunstancia. Desde la experiencia y conocimiento esgrimida por el Secretario General de AOMA, Héctor Laplace, acompañado por los dirigentes locales que estuvieron en las diferentes etapas de la historia, aceptamos el desafío y sumamos nuestra acción para fortalecer el desarrollo.
Esta situación nos demandó la necesidad imperiosa de que los cuadros dirigentes se capaciten. Las nuevas estructuras laborales, que posicionó la actividad metalífera, exigieron denodados esfuerzos de la clase trabajadora a los efectos de responder con dinámica y representatividad los requerimientos de una industria de vanguardia.
Es así que todo trascendía como contenido en la mesa de las Convenciones Colectivas de Trabajo. Como organización planificamos diferentes acciones que tienden a contener las necesidades de los afiliados y, al mismo tiempo, destinar espacio a la preparación integral de los cuadros dirigenciales.
Así comenzaron ciclos de diferentes capacitaciones durante los diferentes años. De la mano de la conducción nacional de la Asociación Obrera Minera Argentina, se dio comienzo a una formación enfocada a dirigentes que tienen cargos ejecutivos en las diferentes seccionales del país, y la otra, enfocada a proveer de conocimientos a los delegados que la organización posee en las diferentes empresas.
De esta forma mediante acuerdos con la Universidad Nacional de San Juan, la Universidad Kennedy o la Universidad Nacional de General Sarmiento, se efectuaron importantes capacitaciones para la dirigencia de nuestra entidad gremial en los últimos diez años.
Comprendimos que acceder a distintos niveles de capacitación nos permitió pensar el desarrollo armónico de nuestra vida sindical. Lo iniciado desde AOMA Central, con repercusión directa en San Juan, concebimos que fuera, y es, una gran inversión que ronda en beneficios para los trabajadores y nuestra sociedad. Formar dirigentes gremiales es una herramienta elemental para defender los derechos del trabajador, dar cobertura social y gestar equilibrios que sean en beneficios de todos.
Con el crecimiento institucional que vamos logrando día a día podemos resaltar la implicancia social de nuestras acciones. Las sedes y subsedes que hemos construido y reformado; los barrios destinados a nuestros compañeros, los Salones de Usos Múltiples en diferentes localidades y la estructura sanitaria y social que hemos sabido construir nos hace sentir orgullosos. Esta acción, sostenida en el tiempo, solidifica los cimientos institucionales, que permiten equilibrar las diferencias salariales existentes en las diferentes ramas que conviven dentro de la actividad.
Aprendimos a manejamos con claridad y eficiencia el concepto de la solidaridad. Poseemos un claro mensaje, no existen afiliados de primera y de segunda. Todos tenemos el mismo acceso, las mismas ventajas y los mismos derechos. Somos más de cinco mil afiliados en la seccional AOMA San Juan que accedemos a idénticos derechos.
Este proceso de cambio permitió aplicar el decreto 249 de Seguridad e Higiene que en el año 2007 estableció el Reglamento de Higiene y Seguridad para la actividad minera, cuyo fundamento es normar pautas de trabajo que tiendan a mejorar las condiciones de seguridad de los trabajadores en esta actividad, y nosotros lo hemos podido implementar en otras ramas. Tras este trabajo hoy poseemos Comités Mixtos funcionando activamente en toda la provincia. A esto, se le debe agregar, que esta normativa también sirvió para prepararnos hoy ante el inminente arribo de la explotación de cobre. Como trabajadores tenemos en cuenta que en un futuro inmediato habrá que estar preparados ante las aplicaciones que introducen el uso de las nuevas tecnologías en las modalidades laborales, como lo está efectuando la denomina Industria 4.0. Por eso nos capacitamos.
Lo narrado hasta aquí es apenas un puñado de expresiones y situaciones que ha logrado el desarrollo minero, hay mucho más.
San Juan es un claro testimonio del genuino desarrollo que provoca la minería. Desde la llegada de la industria a los sanjuaninos nos ha cambiado la vida. Volvimos a tener esperanza y confianza en la concreción de nuevos horizontes. Antes, amigos, familiares y conocidos, a determinada edad partían buscando nuevos rumbos de progreso. Hoy es muy diferente, nuestros familiares, hijos y amigos planifican su vida pensando, sintiendo y viviendo en San Juan. Según datos estadísticos más de un tercio de la sociedad de nuestra provincia se relaciona económicamente, en forma directa o indirecta, con la minería. Sin duda un logro muy importante. Estamos próximamente a cumplir dos décadas del arribo de la minería metalífera en esta zona cordillerana, bien vale la pena medir la transformación obtenida como un bien social.
Pero la historia no queda sólo en estos párrafos, continúa. Junto con la llegada de la actividad arribó el trabajo registrado. Miles de Pymes nacieron a la luz de la instalación de las empresas mineras. Nuevos oficios convocaron mano de obra y desde la cultura de la planificación, mayor certificación y profesionalismo, que demanda la industria, se fomentó una extensa e interminable lista de rubros y oficios. Eso significa poseer trabajo de calidad y bien remunerado.
Otro aspecto esencial, del rol del trabajador, es que somos los principales defensores y cuidadores del ecosistema. Ya que los primeros afectados seremos quienes trabajamos en los yacimientos que utilizan sustancias de uso industrial que demandan mayor resguardo y seguridad industrial.
Aprendimos cómo hacer la custodia de éstas y ser a la vez los primeros en denunciar si existen incidentes ambientales.
Esto es parte del “derrame económico” de la industria. Lo que plasmamos en este artículo es de lo que pocos hablan y muestran. La minería no debe ser, ni es, ejemplo de nada. No obstante, habría que hacer conocer qué pasó en San Juan a partir de la llegada de lo que denominan la “Nueva Minería”.
Queda mucho por hacer, es cierto. Sabemos que faltan trabajos sociales e inversiones que potencialicen otros rubros desde los recursos genuinos que provee una actividad finita.
Pero para este festejo del Día de la Minería, me propuse hacer un relevamiento de los que nos pasó a los trabajadores mineros y en dónde estamos. También, repensar alzando la mirada y ver como otros rubros se potencializaron de la misma forma que nos sucedió a nosotros.
Hoy San Juan posee, y está ampliamente demostrado, la calidad profesional de nuestros gremios hermanos como los metalúrgicos; camioneros; seguridad; gastronómicos; de la construcción, choferes y cientos de otras actividades. Absolutamente todas fueron beneficiadas por la minería.
Sin duda entiendo, que nos llegó la hora, de mostrar todo lo que hemos construido. El balance es altamente positivo. Habrá que mejorar, también ofrecer certezas para esclarecer a los que dudan, pero de algo estoy totalmente persuadido, que con convicción, organización, autocritica y capacitación, podemos aprovechar el futuro. Tenemos historia, tenemos contenido.
Nuestra entidad gremial logró la formación de cuadros dirigenciales, incorporó a los jóvenes y las mujeres, y eso marca una línea política sindical muy clara del Secretario General de AOMA, Héctor Laplace, que piensa en el futuro de la organización, defiende la industria y siempre expone el pensamiento del los trabajadores mineros.
Celebramos hoy la trascendencia socio – política experimentada en la Región de Cuyo. Nos permite asimilar situaciones históricas de nuestra región, tenemos mucho por hacer, pero sabemos que no es poco lo realizado.