ARGENTINA | 21 de Noviembre de 2024
La CAEM recibió la idea de reclamar ayuda a Canadá sumando la voluntad de todas las empresas minera compuesta de capitales provenientes ese país. La iniciativa se comenzó a gestar bajo la consigna “la peor gestión es la que no se realiza”, a partir de conocerse por CNN que Estados Unidos le había cedido vacunas a su vecino del norte y a México dado el excedentes de vacunas que había logrado.
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Conocida esta noticia, sabiendo que Canadá poseía cinco dosis del antivirus por cada uno de sus habitantes, un observador del sector rápidamente notificó de la misma a Alberto Carlocchia para ponerlo al tanto y sugerirle que desde las empresas canadienses se podría gestionar, vía embajada, una ayuda ante Canadá para sumar el fármaco a la salud pública Argentina que, como sucede en varias partes del mundo, es un bien muy escaso por el momento.
De esta forma el presidente de la CAEM inició sus contactos naturales y llevó la iniciativa a los contactos formales de esa nación en nuestro país.
La idea, solo eso, significaba y aun lo posee, de sumar un factor de colaboración al gobierno argentino antela escases de vacunas en el mundo. Siendo al mismo tiempo, un gesto que enaltecería al sector siempre cuestionada de “llevarse todo”. La coyuntura epidémica reinante es sin duda el momento para mostrar la fibra real de una actividad que posee en su esencia u factor de multiplicar oportunidades y de gran movimiento económico que sólo ha podido encontrar licencia social en pocas provincias.
Al mismo tiempo significa involucrarse en una crisis con un perfil definido para encontrar una solución al problema. La ventaja de ser capitales provenientes de Canadá es una muy buena carta de intención. Al mismo tiempo en los postulados del postulado de la iniciativa “Hacia una Minería Sustentable”, se busca empatizar con la sociedad, mostrándose comprometidos con el desarrollo de buenas prácticas ambientales, con las comunidades y ser empáticos con la sociedad. También, esta iniciativa “pro vacuna” sería un buen gesto para romper con el mito de “una minería o empresarios mineros sin alma” que se le ha indilgado siempre.
Carlocchia se comprometió a ser una canalizador de esta idea que permita acceder al país a la vacuna. El, mejor que otros, que padeció el coronavirus en su cuerpo, interpreta a la perfección los efectos que provoca y los trastornos que provoca. Hoy, en camino a su recuperación definitiva, sabe que la vacuna es primordial en esta instancia sanitaria que padece el país.
Es alentador saber que, de prosperar esta idea, se habrá contribuido a mejorar la calidad de vida de millones de argentinos que se encuentran muy lejos de percibir el antídoto contra este virus que amenaza a la raza humana.
Como señalaran desde la misma CAEM “la peor gestión es la que no se realiza”. Más allá del resultado, sin duda valió la pena de generar gestos que podrían ser de un alto contenido humano.
