En línea con lo planteado en el informe «¿Blindar Vaca Muerta o blindar YPF, el empleo, el desarrollo tecnológico nacional y la industrialización del país?» (ver bibliografía), afirmamos que, más trascendente que blindar Vaca Muerta es blindar Yacimientos Petrolíferos Fiscales. ¿Por qué? Porque lo primero sin lo segundo es lo mismo que nada.
A propósito, resulta estratégico volver a tener una YPF saneada, alineada al país y a su gente, como la que supimos tener. Una YPF así podría suplir la falta de crédito o la dificultad de acceso al crédito que tienen productoras chicas. Porque hay que llenar Vaca Muerta de productoras chicas y medianas, asociándolas a YPF.
Fuente: Revista Petroquímica, 20 de septiembre de 2018. YPF es la empresa que ha desriskeado el play y quien genero la curva de aprendizaje en Vaca Muerta. No fueron Macri ni Lopetegui; mucho menos la política energética y tarifaria. Cuenta con más de 750 pozos activos y para el caso de la extensión de la rama lateral en pozos horizontales pasó de 1.450 metros en 2015 a 2.500 metros en la actualidad. Las etapas de fractura han evolucionado de 16 a 33 para el mismo período, alcanzándose una reducción de costos es del orden del 25%.
Si hacemos un poco de historia reciente, cuando YPF transformó su conducción estratégica a manos del Estado en su totalidad (Nación y provincias petroleras) a partir del 2012, el nuevo directorio intensificó los trabajos exploratorios y los primeros pilotos en la formación VM en la Cuenca Neuquina sobre concesiones exploradas, las cuales sirvieron para la búsqueda de un socio inversor estratégico de envergadura (Chevron, Petronas, Dow), aplicándose una premisa aprobada por los accionistas de la empresa y ratificada por el propio Poder Ejecutivo, consistente en la reinversión del 90% de los dividendos en el desarrollo de los plays convencionales y no convencionales, como fue precisamente el caso de VM.
Esta acción y gestión, se llevó a cabo bajo la legislación vigente a ese momento (y a este), respetando los intereses conjuntos de las provincias involucradas. La Ley Nacional de Hidrocarburos, la Ley Corta que ratifica el dominio de los recursos por parte de las provincias que los poseen y la Ley 26.741 oficiaron de marco legal para hacer posible la puesta en marcha durante 2014 y 2015 de los desarrollos de Loma Campana y La Amarga Chica, desarrollos que hoy muestran niveles de producción que no solo los posicionan como los principales, sino que permiten a YPF encabezar la lista de productores e inversores en toda la cuenca.
Esto último, cabe resaltar, se logró a pesar de una administración nacional que poco o nada le importó YPF y que, para el caso de VM, en todas las tribunas internacionales como locales habidas y por haber destacaban como una política oficial el desplazamiento del estratégico play de la petrolera de bandera. En relación a ello, recordemos que los proyectos de YPF son los de la gestión anterior; el resto: promesas de inversión y negocios inmobiliarios más que exploración y producción hidrocarburífera masiva como ameritaba lanzar a partir de la experiencia heredada.
Consideramos prudente, por tanto, que toda nueva decisión no solo en plays como los de VM, sino también en aquellos otros desarrollos convencionales o de yacimientos maduros que existen en otras centenarias cuencas como las de San Jorge o bien en la Austral, sean analizadas tomando en cuenta la acción primordial de YPF como brazo ejecutor de la política de hidrocarburos del próximo gobierno.
Para ello se debería contar con un directorio en la compañía conformado por profesionales del sector y con verdadera vocación por un desarrollo integral de la industria de hidrocarburos y derivados, oficiando YPF como empresa energética integral, como testigo no solo en la vanguardia del conocimiento y la investigación, sino también en materia de fijación de precios y tarifas que respeten los principios de razonabilidad y equidad en beneficio del universo de los usuarios y consumidores.
Por Oscar Crettini