ARGENTINA | 06 de Diciembre de 2024
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06 de Diciembre de 2024
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BUENOS AIRES

Soy geólogo y algo más

Por Hernán Hunicken (*)

Sin darme cuenta, PGM, me recordó al solicitarme un aporte sobre los desafíos del Geólogo en el presente, que este año, cumplo 40 años de Geólogo. Ante las preguntas, siempre con un dejo de tristeza, que durante mi trayectoria me planteaban por la elección respondo sin dudar… volvería a estudiar la misma carrera, ya que satisface todas inquietudes para el desarrollo personal.

Si bien mi lugar natal, Chilecito, está impregnado de Geología y Minería, sumado a la impronta de varios familiares de notable trayectoria científica y técnica, maduraron en la toma de decisión, de abrazar definitivamente a la Geología, e ingresó por mis poros, hasta que tomó mi corazón.
Pero, como sucede con cualquier profesión, el ejercicio plantea un gran DESAFIO.

Luego de varia actividades, como sucede con las etapas vividas de todo profesional, con muchos viajes y distintas ciudades, al llegar a la década de los años 2000, y luego de casi una década como director de Yacimientos Mineros Riojanos, mi traslado a la Dirección de Minería de La Rioja, me planteo un nuevo reto: La gestión pública.

Aquí hago un paréntesis para comentar que ya desde 1999, y en contacto con el Maestro de Geólogos, Dr. Eduardo Peralta, con el que tuve la gran suerte de compartir campañas en la sierra de Velasco en la Rioja, comenzó a alertar sobre insipientes movimientos anti mineros, que partían desde algunas unidades de Gestión ambiental (UGAP) que se formaron en las provincias, a partir de la vigencia de las leyes de Impacto Ambiental para la actividad minera vigentes ya que ingresaron en el Código de Minería, a partir de 1997. En la mayoría de los equipos evaluadores de las UGAP provinciales, dé los distintos Informes de Impacto de Ambiental, que comenzaban a imponerse en todo el país, comenzaban a predominar conceptos negacionistas de la actividad minera, ya que se planteaba la dicotomía Minería vs Naturaleza. Peralta, en sus recorridos en distintas zonas de interés Minero a lo largo y ancho del país, ya alertaba por el año 2000 sobre movimientos de grupos indigenistas, para nada genuinos, que comenzaban a plantarse ante comisiones de empresas mineras junior, a cargo de Geólogos,

Por mi parte y ya a cargo de Geología Minera de la entonces Dirección General de Minería, tengo la oportunidad de recorrer la amplia geografía provincial, relevando y visitando todo tipo de locaciones mineras. En todas, los pobladores coincidían y aceptaban que se vuelvan a poner en marcha los distritos mineros que mientras estaban activos, había movimiento económico y trabajo.

A medida que avanzaban los primeros años de la década de 2000 / 2010, los movimientos anti mineros, distribuidos en varios puntos del país, agrupados en la figura de asambleas, adquirieron un rol preponderante. En la Rioja, las asambleas se consolidaron preponderantemente en Famatina. Si bien apoyados por activistas de otras provincias, la dispersión del mensaje anti minero fue propagado por algunos actores del sector educativo, con gran poder convincente. En verdad, la educación pública constituye una red que se encuentra en todos los rincones de nuestra provincia. Así es que, en los puestos y parajes más remotos, donde había algún establecimiento educativo, de repente, los distintos agentes escolares, comenzaron a impartir contenidos en lo que la Minería era considerada como sinónimo de muerte, contaminación, saqueo, etc.

Como en la mayoría de las regiones riojanas, se encontraban (y encuentra al día de hoy) en la etapa de prospección y exploración de recursos con favorabilidad minera, la presencia de empresas de este rubro liderados por Geólogos en la mayoría de los casos, fueron considerados en el mejor de los casos como sospechosos, y en algunos parajes la pasaron muy mal. En algunas ocasiones, se les detuvo por el solo hecho de llevar en la camioneta muestras de los trabajos de exploración.



En consecuencia, nuestra profesión, a mi criterio, tuvo que reinventarse. Ahora el Geólogo de exploración tiene que COMUNICAR, lo que hace. Sobre todo, aquel que está en la trinchera. No es tarea fácil. Así las cosas, nos tuvimos que formar en otras disciplinas, como Ambiente, Antropología, Hidrogeología, Recursos Humanos, Comunicación Social, Historia, Sociología, Derecho, etc., en fin, materias compatibles con las ciencias sociales y humanistas en general. La expansión del paulatino rechazo a los equipos de exploradores mineros se trasladó al sector de los Geólogos que llevan a cabo investigación a lo largo y ancho del país.
Hace poco, ingresar a cualquier zona para ejecutar relevamientos de índole científica, de miles de colegas con estudios de campo, muestreos, mapeos, etc., se ha convertido en una misión titánica.

Las comunidades en general, han generado un anticuerpo en el que evitan que circulen por las zonas de influencia, equipos de investigación científica, de cualquier índole.

No tan solo del rubro geominero, sino de cualquier rama de las ciencias naturales, (por ejemplo paleontología, arqueología, geotermia, ecología, relevamiento de Glaciares y áreas peri glaciares, bosques nativos, recursos hídricos, agrimensura, etc.)Esta situación fue recrudeciendo en los últimos años.
Infinitos problemas tienen las Universidades, los Institutos de Investigación, Áreas específicas del estado nacional o provincial (Conicet, CNEA, INA, etc.) Hay varios casos, pero lo concreto es que grupos ya identificados, alineados con las asambleas, destruyeron un observatorio heliográfico instalado en la sierra de Famatina, ante la creencia que estaba vinculado con Minería. Se trataba de un proyecto de Investigación en el que intervenía la Universidad Nacional de Chilecito y un Instituto Italiano, bajo un convenio de cooperación internacional. Hay en marcha una denuncia penal por parte de la UNDEC.

Hasta hace muy poco tiempo, cuando se preparaba una expedición de campaña, se tenían en cuenta la disponibilidad de agua, leña, animales, apoyo de personas del lugar, combustible, gomerías, talleres, etc. Basta repasar cualquier informe técnico, de antes de 15 años. Además debía tener en cuenta la logística propia, equipos, carpas, etc. Siempre eran bien recibidos por la comunidad.

En las poblaciones alejadas de la capital provincial, los geólogos y el resto del equipo donde se radicaban los estudios, inmediatamente interactuaban sin ningún problema con las llamadas “fuerzas vivas”. Los jefes comunales se sumaban colaborando siempre, ante cualquier necesidad y viceversa.

En el presente, el ejercicio profesional del Geólogo y otras a actividades que ameriten desplazarse en el interior ahora presenta una carga extra. Acentuada por la pandemia. Tanto para llevar a cabo tareas de obligaciones del trámite Minero (Labores legales, planes de inversión, Informes geo económicos de canteras, o Proyecto de Aprovechamiento del Yacimiento, Informes de Impacto Ambiental etc.) como las inspecciones, estudios de campo, por parte del estado, el Geólogo debe cumplir con todas la obtención de las autorizaciones para poder transitar entre los distintos Departamentos provinciales, conectarse con los distintos COE locales, hisopados, someterse a cuarentenas, etc.

Por último, entre los objetivos que se plantea desde La Geología es lograr insertarse como una disciplina curricular en el ámbito de la Educación secundaria. Solo se debe avanzar con un proceso lograr que el Ministerio de Educación, considere la integración de una nueva disciplina científica, ya que se trata de una materia clave para comprender los recursos naturales y las problemáticas relacionados con todo tipo de dudas respecto a la gestión del agua, que siempre aparece en los debates o posiciones anti mineras.

La Geología es una parte vital en el entendimiento de la Minería. Sin ella no habría yacimientos, no habría desarrollo de minas, ni producción.

(*) Geólogo. Secretario de Minería de la provincia de La Rioja.

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